lunes, 30 de abril de 2012

fotos de Victor Roman Carrasco




sábado, 7 de abril de 2012

HISTORIA DE SAN JUAN DE LA MAGUANA PUBLICADA POR MARCIAL FIGUEREO ROSADO


Reseña Histórica de San Juan de la Maguana

San Juan de la Maguana es una de las Ciudades más antiguas del país. Ocupa el mismo valle donde tenía asiento el cacicazgo de Maguana y el histórico “Corral de los Indios”. Su líder fue Caonabo (que en lengua aborigen quiere decir "gran señor de la tierra"), indómito cacique que libró una dura batalla contra los colonizadores españoles.

San Juan de la Maguana fue fundado a principios del siglo XVI (hacia el año 1504) por el Adelantado Capitán Diego Velázquez, a orilla del río San Juan. El mandato para su fundación fue ordenado por Nicolás de Ovando, gobernador de la isla para la época.

Desde su inicio San Juan fue una villa floreciente por la riqueza de su flora y la benevolencia de su clima. El cultivo de frutales y comestibles de todo tipo, además de la explotación de la caña de azúcar como renglón comercial de importancia, constituyeron el renglón principal para el empleo de mano de obra. San Juan poseyó en principio cuatro "trapiches" para la explotación de la caña a los que los colonos llamaban "ingenios". El primero de estos trapiches estuvo instalado en el centro de la población.

Dependiendo de esta villa fueron las labranzas y caseríos de La Higuera, asiento patriarcal del "encomendador" Don Francisco de Valenzuela y lugar de nacimiento del indio Guarocuya. Guarocuya es el nombre aborígen de Enriquillo, quien se alzaría en armas contra los colonizadores.

Originándose en las llanuras de San Juan de la Maguana y cubriéndose de gloria en las abruptas sierras de Bahoruco, la denodada lucha librada por el indio Enriquillo contra las huestes españolas llena de orgullo nuestro pueblo y simboliza la primera gran batalla por la libertad en América recién conquistada. La imposibilidad de vencer las fuerzas indígenas, obligó a los españoles a firmar un tratado de paz con las fuerzas levantadas en armas, tratado que se llamó de "Barrionuevo".

Ya hacia el año 1550 la primera villa estaba casi desierta a causa de las incursiones de los llamados "negros cimarrones", quienes tomaron a San Juan como punto de paso entre el Cibao y los "manieles" de Neyba y Bahoruco, ocasionando daños en sus travesías. Estos negros cimarrones engrosaban continuamente las fuerzas de rebeldía encabezadas por Enriquillo. Finalmente, un gran terremoto puso fin a la primera villa de la Maguana, destruyendola por completo.

En el año 1542, un vecino de Yaguana, de nombre Antonio de Ovalle hizo asiento en la audiencia para refundar a San Juan de la Maguana. Así se fundó por segunda vez San Juan Y Ovalle fue su corregidor. A raíz de la invasión de Penn y Venables, realizada con tropas que desembarcaron en Azua, San Juan fue ocupada por los ingleses, quienes al resistirse incendiaron los ingenios y la villa situada en lo que hoy se llama La Culata.

En las guerras de la Independencia contra los colonizadores haitianos, San Juan alcanzó el singular privilegio de servir de escenario para una derrota significativa al ejército invasor de ese país en la Batalla de Sabana de Santomé escenificada el 22 de diciembre de 1855.

MONUMENTO EN HONOR A LOS HEROES DE SANTOME

Comandaron las tropas dominicanas José María Cabral y Luna y Eusebio Puello. El emperador haitiano Soulouque, que esperaba la victoria en la sección de Punta Caña se tuvo que retirar apresuradamente, llevándose consigo sus sueños imperiales de la Isla.

La guerra restauradora contra España también dejó sus huellas en el glorioso pueblo de San Juan de la Maguana. Francisco del Rosario Sánchez (uno de los trinitarios de la República) vivió aquí su calvario patriota, cuando fue fusilado con sus compañeros expedicionarios, el 4 de julio de 1861, al protestar con las armas en las manos, contra la anexión al país Ibérico.

En el cementerio de la villa al pie de una guázuma, fue abatido el prócer insigne con sus compañeros de armas, por el pelotón de fusilamiento compuesto de dominicanos partidarios del General Pedro Santana.

Al tronco de esa vieja guázuma durmieron los restos mortales de Sánchez hasta que la sociedad republicana vino a exhumarlos, en el 1875, para darle sepultura en el Altar de la patria, junto a Duarte y Mella.

San Juan de la Maguana fue municipio o común perteneciente a la provincia de Azua, hasta el año 1939.

Algunos hechos históricos de importancia ocurridos en San Juan de la Maguana son: La rebelión de los esclavos negros, conocida como "cimarronada"; movimiento que se originó en Haina, repercutió en la provincia de San Juan, porque Sebastián Lemba (1513-1548), líder de los negros, se radicó por un tiempo en lo que hoy es la Sección de Sosa.

En el paraje de la Higuera vivió el cacique Enriquillo junto con su esposa Mencia y parte de su raza, en condición de servidores de un colono llamado Andrés Valenzuela. Es desde aquí que parte el movimiento conocido en la historia como "Rebelión de Enriquillo", que culminó con la paz de Enriquillo en 1533.

Enriquillo fue el primer guerrero en emplear la guerra de guerrillas en América.

La Batalla de Santomé epopeya gloriosa acaecida el 22 de diciembre de 1855, librada entre los ejércitos haitianos y dominicanos, resultando victorioso el ejército dominicano, al mando del general José María Cabral y Luna, donde se selló la Independencia nacional.

Levantamiento y muerte de Olivorio Mateo, en la montaña de la sección Maguana, en contra de las tropas norteamericanas que invadieron el país (1916-1924). Este movimiento de resistencia surge debido a las medidas arbitrarias impuestas por el régimen norteamericano, las cuales ponían en peligro la tenencia de la tierra y creencias de la región.

Nacimiento del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, en 1928, quien fuera héroe de la revolución constitucionalista de abril de 1965.

Y finalmente la Masacre de Palma Sola, ocurrida el 28 de diciembre de 1962, donde fueron perseguidos y masacrados los seguidores de Olivorio Mateo, por fuerzas militares. Este fue un episodio sangriento que costó la vida a cientos de dominicanos.

En San Juan se encuentra la Agüita de Maguana, que ubicada en la sección de Maguana Arriba, en la cual se práctica el sentimiento religioso de lo que se conoce como: Olivorismo", movimiento mesiánico que tiene figura a Olivorio Mateo.

Las fiestas patronales de San Juan de la Maguana se celebran los 24 de junio de cada año, día de San Juan Bautista.

La ciudad San Juan de la Maguana

“Para 1777, según el padrón ordenado por el Gobernador José Solano y Bates, en San Juan de la Maguana existían unas 252 familias, lo que hace suponer que había un número igual de viviendas.

Hacia finales del 1800 el área comprendida entre las calles 27 de Febrero y Monseñor de Meriño era ya un caserío; esta zona, ubicada al Oeste de la ciudad hasta el río San Juan, constituye en la actualidad una de las más tradicionales y más pobladas de San Juan de la Maguana, encontrándose en la misma la Catedral San Juan Bautista, el Parque Sánchez, la antigua casa de Lilís (ya destruida), la del General José María Cabral y Luna, etc.

Finalizando el siglo XIX, San Juan de la Maguana contaba con unas ocho calles: Las Carreras (hoy Monseñor de Meriño), Duarte, Sánchez, Mella, 16 de Agosto, Independencia, Colón y Capotillo. En este periodo, finales del siglo XIX, se inician las primeras construcciones programadas de la ciudad, con la llegada de dos carpinteros procedentes de las islas holandesas del caribe. Se trata de Guillermo Oscar Prince y su ayudante Carlos, de quienes afirma E. O. Garrido Puello que: “Oscar era blanco, rubio, tamaño proporcionado, de aspecto agradable, servicial y amistoso; Carlos, color oscuro de caoba quemada. Llegaron a San Juan de la Maguana a fines del siglo pasado, enviados por Lilís para la construcción del edificio que debería ocupar la Jefatura Comunal. El primero maestro carpintero; el segundo, ayudante”

El desarrollo urbano de San Juan de la Maguana

San Juan de la Maguana, al iniciar el siglo XX, es afectado por una ‘fiebre constructiva’ en toda su población, como respuesta a la necesidad de superar el estado de abandono y atraso de su casco urbano, descrito como “una plaza bastante grande, un mercado de madera, unas cuantas calles formadas por casas también de maderas, la mayoría techada de yaguas o cana y frente a la plaza, remembranza de su pasado colonial, la Comandancia Militar y la Iglesia. Esta ‘fiebre constructiva’ cambió rápidamente la imagen de la ciudad. La casa construida por el maestro Guillermo Oscar Prince, estaba destinada a la Jefatura Comunal, y en ella funcionaron: “el Ayuntamiento Municipal Tesorería, Negociado de Cédula y por último, el Cuerpo de Bomberos Civiles”. Esta casa se encontraba ubicada en la calle Duarte, entre la Capotillo y la 16 de Agosto.

El maestro Prince también construyó las casas de Nicolás Michelén, la del Dr. Cabral, otras casas frente al parque Sánchez y la de Wenceslao Ramírez, en la calle Trinitaria esquina Duarte. Esta casa aún se conserva, al igual que la de Nicolás Michelén en la Colón esquina Independencia, muy parecida a la ‘casa de Lilís’ en la calle Duarte.

Para la década de 1920 fueron construidas otras casas, la mayoría de las cuales ha desaparecido, pero algunas aún existen, aunque en mal estado, tales como la del general José María Cabral y Luna, en la calle Gral. Cabral esquina Sánchez y en la misma esquina la de la señora Josefina Méndez Guillú. Esta casa aún conserva la fecha en que fue construido su piso (1929) y aunque está en mal estado físico también conserva sus materiales originales (madera y zinc).

En este periodo, las casas viejas comienzan a ser sustituidas por nuevas, mientras que otras sustituyen el techo de yagua y cana por zinc, y se echan los pisos de cemento en la mayoría de las casas del casco urbano.

El ayuntamiento aprovecha la presencia del maestro Prince para hacer el trazado de las calles de la ciudad; a él se debe la forma cuadrada del San Juan de la Maguana de la primera mitad del siglo XX, ya que “trajo en su mente las mismas formas en que se levantaban las ciudades en las Antillas Inglesas de donde él era oriundo”. El crecimiento de la ciudad ha ido variando el trazado original, produciendo su extensión hacia el Oeste, cruzando el río San Juan, generando más de 15 barrios en la zona conocida como ‘La Mesopotamia’, que fue afectada seriamente durante el ciclón David y la tormenta Federico en 1979. Volvió a ser ocupada por sus moradores y en el periodo de 1980 al 1998 se desarrolló en todas direcciones llegando a más del doble de las viviendas, de tal manera que con los efectos de las aguas generadas por el huracán Georges (1998), fue devastada y cubierta por completo de agua y residuos. Aunque originalmente se había propuesto prohibir la reinstalación de familias en esta zona, lo cierto es que al finalizar el 1999, gran parte de sus moradores ha retornado a ocupar sus antiguas viviendas.

Retomando el desarrollo urbano de San Juan de la Maguana, después del trazado de las calles de la ciudad se inicia, a partir de 1915, un proceso de construcciones de viviendas y comercios, primero en madera-zinc y luego en concreto.

El comerciante español, Felipe Collado Martín, construyó los primeros silos para almacenamiento de frutos. También Miguel Paniagua y Pedro J. Heyaime construyeron silos. “Probablemente fueron estos los primeros silos construidos en el país”. El primer edificio de concreto construido en esta ciudad se debió a Pedro J. Heyaime; es la casa que aún se conserva en buen estado, ubicada en la calle Colón esquina Independencia que lleva el nombre de La Francia y señala su fecha de construcción: 1927. Después de ésta, se sigue un periodo de construcción de importantes casas de concreto, fabricándose otras en el entorno del Mercado Público (Mercado Viejo) en las calles Trinitaria y Mella, principalmente.

Ya en el 1916, al inicio de la Ocupación Norteamericana, San Juan tenía unas 16 calles, de las cuales la Independencia era la principal. Otras calles estaban delineadas en el trazado hecho por Oscar Prince para el Ayuntamiento en 1915, pero aún no se construían o abrían.

Todavía en la década de 1920 San Juan de la Maguana tenía la apariencia de un enorme potrero con algunas calles y casas, como lo describe Garrido Puello “…sin otro adorno que el ganado que dormía tranquilamente bajo el cobijo protector de su cielo azul, iluminado de estrellas…”.

Ante esta situación, y en interés de explotar el potencial agrícola del Valle, el Presidente Horacio Vázquez emite un decreto el 23/11/1926, declarando los terrenos de la Común de San Juan de la Maguana como zona agrícola, conminando a los dueños de animales a recogerlos en un plazo de 5 días. Para ese momento ya se estaba construyendo el canal Juan de Herrera, bajo la dirección del Ingeniero Gautier. Este canal, inaugurado en ese mismo año (1926) contribuyó al desarrollo agrícola y a dinamizar la economía, coincidiendo este hecho con la inauguración del antiguo Puente sobre el río Yaque del Sur y la facilidad de comunicación terrestre hacia Azua, que era la capital de la provincia.

Al llegar Trujillo al poder, pone su atención en la Común de San Juan de la Maguana y para 1938 la eleva a categoría de Provincia, con el nombre de Benefactor. Se apropia de una enorme cantidad de tierra fértil, siendo la porción de terreno más grande que poseía la familia Trujillo en el país, figurando a nombre de María Martínez Vda. Trujillo. Una vez que Trujillo muestra interés por ‘su provincia’, que no era la única, se construyeron importantes obras a partir de 1940, tales como: el Hotel Maguana, el Palacio de Justicia, el antiguo convento de monjas y las escuelas eclesiásticas; todas estas construcciones en las proximidades del Arco de Triunfo, el cual había sido inaugurado el 1ero de enero de 1939, día en que se iniciaba la categoría de Provincia Benefactor. También fueron construidas a partir de la década de 1940, el antiguo Mercado, la glorieta municipal y los 3 puentes más importantes en el camino de Azua - después del puente del puente sobre el río Yaque de Sur -: Tenguerengue, Jínova y Mijo, además del puente sobre el río San Juan al Oeste de la ciudad.

También en la década de los 40 se construyó el primer acueducto y se instaló el sistema eléctrico. Para la década de 1950 se construyen las dos escuelas más importantes de la ciudad en esos momentos: la Mercedes Consuelo Matos y la Francisco de Rosario Sánchez, en los terrenos que había adquirido el Ayuntamiento. Con la construcción de estas obras y el edificio del Ayuntamiento y el Hospital Dr. Alejandro Cabral, se inicia el desarrollo urbano de la parte Este de la ciudad.

Hacia el Noreste se orienta el crecimiento de la ciudad cuando en 1962 “se realiza el primer proyecto de viviendas de bajo costo en la entrada de Mogollón” (Id) a cargo del INVI y que se denomina Ensanche La Fé. Antes de este proyecto de vivienda, la ciudad llegaba hasta la calle Domingo Rodríguez y hubo necesidad de abrir las calles Dr. Cabral y Mariano Rodríguez Objío, que sólo llegaban hasta la calle Caonabo. A partir de esta apertura se inició un proceso de urbanización en esta zona, con la participación del sector privado

Geografía


San Juan de la Maguana está en el centro del Valle de San Juan, el viejo Maguana taína, con la Cordillera Central ("Cordillera Central") al norte y al este, y la Sierra de Neiba al sur. Hacia el oeste hay una cadena de colinas bajas.

El río San Juan es el principal río de la región y la ciudad fue fundada a la izquierda (este) de este río.

Distritos municipales


El municipio tiene diez distritos municipales, los cuales son:

  1. El Rosario
  2. Guanito
  3. Hato del Padre
  4. La Jagua
  5. Las Maguanas-Hato Nuevo
  6. Las Charcas de Maria Nova
  7. Pedro Corto
  8. Sabana Alta
  9. Sabaneta
  10. Las Zanjas
Economía

La principal actividad económica de la provincia es la agricultura y los principales cultivos son el arroz, en el verano, y las habichuelas, en invierno.[1]



PUBLICADA EN EL BLOG POR MARCIAL FIGUEREO ROSADO


viernes, 6 de abril de 2012

Las siete Palabras de Jesus en la Cruz


Las Siete Palabras
«Padre, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen » (Lucas 23,34).

«"En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso"» (Lucas 23,43)

« Madre he ahí tu hijo, hijo he ahí tu madre... s.san juan 19;26-27).

«Dios mío, Dios mio por que me has desamparado' (Mt 27,46).

«Tengo sed» (Jn 19,28).
«Todo está consumado»

«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»

jueves, 5 de abril de 2012

La Historia del Español publicado por Marcial Figuereo Rosado

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República Dominicana
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO                                    CENTRO UNIVERSITARIO REGIONAL OESTE                                      
CICLO BÁSICO
LA HISTORIA DEL ESPAÑOL

LETRA 011

SUSTENTANTES:

MARCIAL FIGUEREO ROSADO            MATRIC. 100221286

MARTIRES AQUINO MARTINEZ           MATRIC. 100233638

    HANSEL D´ OLEO MEJÍA                       MATRIC. 100233852     

PROFESORA

ZUNILDA

SAN JUAN DE LA MAGUANA R. D. 2012.



ÍndiCe
Introducción………………………………………………………………………6
CAPITULO  I…………………………………………………………………………...8
el español de España y sus CARACTERÍSTICAS………………………9
Historia interna de la lengua………………………………………………
Primera gramática moderna europea
Cambios morfológicos
Declinaciones
Construcciones preposicionales
La marca del plural
Cambios gramaticales
CAPITULO  II…………………………………………………………………………15
El español de América y sus características……………………16
El español de América, un mosaico lingüístico
El español de América, ese desconocido
Diferentes opiniones y posturas ante el español de América
¿En qué consiste la diferenciación del español de América?: Generalidades
Diferencias en la pronunciación
 Ortografía
 Morfosintaxis
CAPITULO  III………………………………………………………………………30
El español de Republica Dominicana  y sus Regionalismos..31
Español dominicano
Historia
Fonética
La clase culta
La clase popular
Ultracorrecciones
Influencias africanas
Morfología dominicana
Semántica dominicana
Sintaxis dominicana
El idioma y sus áreas
CARACTERÍSTICAS GENERALES
FONÉTICA: FENÓMENOS DIACRÓNICOS
CARACTERÍSTICAS REGIONALES
FENÓMENOS LINGÜÍSTICOS: METAPLASMOS".
FRASES Y EXPRESIONES ACTUALES
CONCLUSION………………………………………………………………………60
Fuentes……………………………………………………………………………61

Introducción

El español o castellano es una lengua romance, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo.

Es la lengua oficial de España y la nacional de México, de las naciones de Sudamérica y Centroamérica —excepto Brasil, las Guayanas y Belice—, de las naciones caribeñas de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana, de la nación africana de Guinea Ecuatorial y goza de protección constitucional en el estado estadounidense de Nuevo México.

Además, es oficial de varias organizaciones y tratados internacionales como la ONU, la Unión Europea, el TLCAN, la Unión Latina y la OEA; cuenta con unos cuatrocientos cincuenta millones de hablantes, entre los que se incluyen los hispanos que viven en Estados Unidos de América y algunos cientos de miles de filipinos, así como los grupos nacionales saharauis y los habitantes de Belice, donde el idioma oficial es el inglés.

Esta lengua también es llamada castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla.

 La Historia del idioma español usualmente se remonta al período prerromano, ya que se considera que las lenguas prerromanas de la península ejercieron influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características.
Desde un punto de vista estrictamente lingüístico se consideran tres estadios diferentes: español medieval, español medio y español moderno.

 Los aportes prerromanos son los correspondientes a la lengua española anteriores al siglo III a. C.: Los pueblos primitivos que vivían en la Península Ibérica y que solo en parte conocemos (íberos, celtas, vascos) y los que comerciaban con ellos (fenicios, cartagineses y griegos) aportaron probablemente las siguientes cosas:

La desaparición de f- inicial en muchas palabras que en latín llevaban este sonido, y, supuestamente, el llamado betacismo, debidos, probablemente, a la influencia del vascuence o del íbero (nótese que la aspiración de /h/ también se da en idioma gascón que habría tenido igualmente un substrato vasco).

Algunos sufijos, por ejemplo -rro, -rra,

El nombre de la península (los íberos), o el de algunas poblaciones como Segovia (en latín, Segovia) o Sigüenza (cuyo nombre latino era Segontia), que derivan del vocablo céltico sega, que significa victoria

Algunas palabras, como izquierda, cachorro son de origen vasco.

Otras palabras como perro, barro y cama son de origen prerromano pero no se conoce con precisión de qué lengua proceden.





CAPITULO  I

El español de España y sus características




El español de España y sus características
Los textos más antiguos que se conocen en una variedad romance española son los Cartularios de Valpuesta, conservados en la iglesia de Santa María de Valpuesta (Burgos), un conjunto de textos que constituyen copias de documentos, algunos escritos en fecha tan temprana como el siglo IX (en torno al año 804) y que cuentan con el aval de la Real Academia Española.

La historiografía tradicional consideraba como textos más antiguos que se conocen en castellano a las Glosas Emilianenses, datadas de finales del siglo X o con más probabilidad a principios del siglo XI, que se conservan en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), localidad considerada centro medieval de cultura. Sin embargo, las dudas que suelen surgir acerca del romance específico empleado en las Glosas hace que las corrientes lingüísticas actuales consideraban que no estaban escritas en castellano medieval, sino en un protorromance riojano, o navarroaragonés o castellano-riojano según el filólogo César Hernández. Es decir, un «embrión o ingrediente básico del complejo dialectal que conformará el castellano», en palabras del investigador riojano Claudio García Turza.

Junto a características específicamente riojanas, se encuentran rasgos presentes en las diversas variedades dialectales hispanas: navarro, aragonés, asturleonés y mozárabe. Todo ello induce a pensar, como lo hicieron Menéndez Pidal (1950), Lapesa (1981), Alarcos (1982) y Alvar (1976, 1989) que, en realidad, se trata de un koiné lingüístico en el que se mezclan rasgos pertenecientes al castellano, riojano, aragonés, con algunos del navarro, lo cual no resulta extraño si se tiene en cuenta que la zona de San Millán era una encrucijada de lenguas y culturas hispánicas, los repobladores cristianos procedían de lugares diversos y esto producía un constante reajuste lingüístico.

Curiosamente, las Glosas emilianenses también incluyen los textos más antiguos escritos en euskera que se conservan hoy día (si no contamos los restos epigráficos de época romana escritos en vascuence).

Primera gramática moderna europea

Portada de la Grammatica Antonii Nebrissensis.

En 1492, Antonio de Nebrija publicó en Salamanca su obra Grammatica, la primera gramática de la lengua castellana (y la primera de una lengua moderna europea). En cuyo comienzo del prólogo dice la famosa frase, que ahora no suena profética, «siempre la lengua fue compañera del imperio: y de tal manera lo siguió: que junta mente començaron. Crecieron. y florecieron».

Historia interna de la lengua

La historia interna de la lengua o gramática histórica se refiere al estudio de los cambios acaecidos en la estructura de la lengua y en su léxico. La historia externa por otra parte se refiere a la historia de los hablantes de español, sus vicisitudes históricas y el uso social de la lengua.

Cambios morfológicos

El español como las demás lenguas romances podría derivar de una forma de latín que había sufrido un proceso de criollización,[8] [9] [10] que hizo el orden de constituyentes más fijo y más tendente al orden sintáctico SVO. La misma criollización pudo haber favorecido la pérdida de la flexión nominal tanto o más que los cambios fonéticos que afectaron al latín tardío. La pérdida de las marcas de caso aumentó la ambigüedad e hizo menos al español una lengua un poco menos sintética que el latín.

Declinaciones

El marcaje de las relaciones gramaticales en latín clásico estaba basado en un sistema de flexión nominal. Un nombre común podía tener hasta siete u ocho terminaciones diferentes que indicaban la función gramatical de la palabra dentro de una oración. Por ejemplo para la palabra mensa 'mesa' se tienen siete homófonas que realizan 12 combinaciones diferentes de caso y número:

caso
singular
plural
nominativo (sujeto)
mēnsa
mēnsae
genitivo (posesión)
mēnsae
mēnsārum
acusativo (objeto directo)
mēnsăm
mēnsās
dativo (objeto indirecto)
mēnsae
mēnsīs
ablativo (modal)
mēnsā
mēnsīs
vocativo (apelación directa)
mēnsa
mēnsae

A entornos del latín vulgar, se produjeron algunos cambios fonológicos que redujeron y complicaron el sistema declinacional:

  1. La pérdida de la /-m/ final resultó en la confusión entre el acusativo monte(m) y el ablativo monte en la tercera declinación
  2. La confluencia de /ā/ y /ă/, junto con la pérdida de la /-m/ final, hizo imposible la distinción entre el nominativo mēnsa, el acusativo mēnsăm (mēnsa) y el ablativo (mēnsa)
  3. La confusión de /ŭ/ y /ō/ hizo que no se pudiese diferenciar el acusativo singular de la segunda declinación (dominŭm) del ablativo (dominō)
  4. La convergencia de /i/ y /ē/ dio lugar a la confusión entre la tercera declinación del nominativo/acusativo plural (montēs) y el genetivo singular (montĭs)

Los adjetivos que distinguen entre masculino, femenino y neutro podían llegar a tener hasta 12 terminaciones diferentes frente a las cuatro como máximo del español moderno (-o, -a, -os, -as)

Construcciones preposicionales

El sistema de casos frecuentemente era ambiguo a la hora de determinar qué función desempeñaba una palabra. Consecuentemente, era necesario valerse de otras pistas como un orden sintáctico más fijo y nuevas construcciones preposicionales para discernir las distintas funciones. De ahí la construcción de + ablativo en vez del simple empleo del genitivo:

dimidium de praeda frente a dimidium praedae 'la mitad del botín'

El castellano presenta directamente esta construcción:

la mitad del botín

El latín clásico se servía del dativo sin ninguna otra marca para el objeto indirecto. Con los cambios fonológicos ya mencionados, podía darse confusión sobre cuál de las palabras en una oración debía interpretarse como sujeto y cuál como objeto, por lo que se propagó la construcción a + sustantivo, en el latín vulgar para determinar un objeto directo o indirecto, fenómeno que se conserva en el español medieval y moderno:

A los judios te dexaste prender (Cantar de Mio Cid)

'te dejaste apresar por los judíos'

La marca del plural

El latín carecía de una marca específica para el plural pues se valía de las terminaciones casuales (dominus, domini; rosa, rosae). El caso más empleado, sin embargo, el acusativo, terminaba en /s/ en el plural (rosas, dominos, homines). En el latín tardío, reaparecieron los acusativos plurales terminados en /s/ (se habían perdido la /s/ y la /m/ final) y fueron empleados como nominativos (dominos frente a domini; rosas frente a rosae). Se produjo un

reanálisis morfológico por el que dicha terminación asumió la expresión del plural (rosa, rosas) en el castellano medieval.

Cambios gramaticales

Los verbos

La conjugación de los verbos del español medieval y moderno se basa directamente en la conjugación latina:

Latín
Castellano Med.
Castellano Mod.
canto
canto
canto
cantas
cantas
cantas
cantat
canta
canta
cantamus
cantamos
cantamos
cantatis
cantades
cantáis
cantant
cantan
cantan

Para el castellano del siglo XIII, se pierde la /t/ final de la tercera persona del singular y del plural y la /-tis/ de la segunda persona del plural cambia a /-des/:

Ex: "…como oyredes que diz moysen adelante" (General Estoria)

A los verbos conjugados se les podía agregar pronombres directos e indirectos:

Ex: “faziendol” “dixol” y “pusol” (General Estoria)

Tiempos verbales

La más notable reestructuración del latín vulgar es la aparición de los tiempos compuestos en el español medieval (siglo XIII):

...que castigues tu los acusadores con muy mas fuertes penas que los cristianos mereçieren si lo ouiessen fecho” (Primera Crónica)

La construcción tardía del latín “Habere o Esse + Participio pasado” resultó en la creación de tiempos compuestos:

Latín
Castellano Medieval
habui/habebam cantatum
ove/avia cantado
habeo cantatum
he cantado
habere habeo cantatum
avré cantado
habuissem cantatum
oviesse cantado
habeam cantatum
aya cantado
habuerim cantatum
ovier(e) cantado

Construcciones verbales

La perífrasis latina de participio /-tus/ y habeo para expresar un estado de obligación se ve manifestada en el español medieval mediante la construcción aver de, lo cual resultó en tener de/que en el español moderno.

"...si tan bien nolo quisiessen pora los que avien de venir" (Primera Crónica)






CAPITULO  II

El español de América y sus características







I. El español de América, un mosaico lingüístico

Para un español o un no hispanohablante (por ejemplo, un inglés o un alemán) con buenos conocimientos del español de España (que se suele llamar «español peninsular»2), el encuentro con el español de América es siempre una vivencia interesante, a veces divertida, a veces desconcertante, pero nunca aburrida. Por un lado, impresiona y emociona el que se pueda viajar desde México hasta Chile usando la misma lengua; por otro lado, se notan importantes diferencias en la pronunciación, en la morfo sintaxis y en el léxico (con inclusión de modismos, colocaciones usuales, etc.) entre el español de América y el peninsular. Para el traductor o el intérprete estas diferencias pueden presentar problemas de comprensión tanto en textos escritos como en enunciados orales.


En estos últimos, la pronunciación es otro factor de peso que puede dificultar enormemente el entendimiento, como ocurre a veces incluso en España con el andaluz o el canario, cuando uno no está acostumbrado a la peculiar fonética del español de estas tierras. Un traductor o intérprete puede tener también problemas para hacerse entender en determinados contextos por usar peninsularismos que los hispa-noamericanos (claro está, los que no tengan experiencia en el trato con peninsulares) no entienden, p. ej., americana f ‘chaqueta’; Am: saco m), albarán (‘boletín de entrega’), ordenador (en América: computadora o computador, este último menos usual, p. ej. en Ecuador), hora(s) punta (en el tráfico) (en América: hora(s) pico), o por usar  palabras o giros que en América tienen otro significado que en España, p. ej., el allanamiento (de morada) es en España un delito (penetración ilícita en un inmueble; en francés: violation de domicile; en alemán: Hausfriedensbruch); en América, en cambio, allanamiento significa que la policía penetra legalmente en el domicilio de una persona. Más adelante daremos más ejemplos de este tipo.

Pero existen diferencias no sólo entre el español de América y el de la Península Ibérica, sino también entre las distintas variantes del español americano, por ejemplo, el de la Argentina y el de México, o bien el de Cuba y el de Chile. Por eso no existe un «español de América» como conjunto más o

menos  homogéneo, sino muchas variantes del español con diferentes porcentajes de coincidencia y de divergencia frente al español peninsular. Por lo tanto no se puede ni enseñar ni aprender un «español de América» en general para producir enunciados lingüísticos como intérprete, traductor o simple hablante, pero, teóricamente, sí el español de Bogotá o el de Montevideo.

El español de América es una realidad lingüística muy compleja que se presenta a los ojos de un observador imparcial como un abigarrado mosaico. En él no existen dialectos bien delimitados en los que coincidan los fenómenos fonéticos, morfosintácticos y léxicos como ocurre en Europa, donde los límites de un dialecto con otro (naturalmente, a veces con zonas de transición) son muy claros y donde cada dialecto presenta, a pesar de sus diferencias internas, que se manifiestan en subdialectos y hablas locales, una suma de rasgos comunes que lo diferencian de los otros dialectos. Esto ocurre, por ejemplo, al pasar del bávaro (Bairisch) al suabo (Schwäbisch), del veneciano al lombardo o del murciano al andaluz.

Si dividiéramos el territorio tan extenso de Hispanoamérica en distintas zonas según varios criterios (fonéticos, morfológicos, sintácticos y léxicos), llegaríamos a resultados bastante diferenciados. Cuando hay, por ejemplo, coincidencia léxica y morfosintáctica entre un enunciado en el español de Castilla la Vieja y otro americano, puede haber, en cambio, divergencia fonética, p. ej., Yo me llevo la llave (con l palatal en la mitad norte de España) y [sho me shevo la shave] en Montevideo. En otros casos, la diferencia está en el léxico, como lo demuestran estos ejemplos:


Español de Colombia (centro)
Español peninsular
1. —Oye, negra3, ¿dónde está el mono? —Pues, se fue (popular: se jué) con los chinos
del agregado a la fama a comprar muchacho.
—Oye, cariño (mi amor), ¿dónde está el
rubiales? —Pues, se ha ido con los chicos del
administrador (de la finca) a la carnicería a comprar babilla (un tipo de carne).
2. ¡Bota el chicote a la caneca!
¡Tira la colilla al cubo de la basura!





En este ejemplo, la única diferencia sintáctica es el uso del perfecto simple en Colombia (se fue) frente al pretérito compuesto (se ha ido) en España; el resto de las   divergencias corresponde al léxico. Otro

ejemplo: en Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina se usa, en vez de fresa (fr. fraise , al. Erdbeere, in. strawberry, i t . fragola), la palabra frutilla, pero, según el área, con cuatro realizaciones fonéticas diferentes: [frutilla] (con l palatal), [frutiya], [frutija] (jcomo en francés jour) y [frutisha] (sh como la sh del inglés, la sch del alemán o la ch del francés)4. La comprensión de un enunciado lingüístico en español americano puede resultar difícil cuando la densidad de las divergencias es muy grande y aparecen simultáneamente muchas diferencias fonéticas,  morfosintácticas y léxicas.

2. El español de América, ese desconocido

Aunque disponemos de una amplia bibliografía sobre el español de América (datos históricos, fonética, morfosintaxis, léxico, etc.) y de un repertorio bibliográfico reciente de los diccionarios y vocabularios del español de América, que se concluyó en 19915 y ofrece más de 2000 títulos, se puede afirmar que nuestro conocimiento del español de América, por mucho que sepamos ya sobre él, sigue siendo incompleto y fragmentario, ya que la bibliografía existente es muy desigual en cantidad y calidad en cuanto a las distintas áreas hispanohablantes del Nuevo Mundo. Para unárea hispanoamericana determinada puede existir, por ejemplo, un estudio sobre fonética, pero nada obre léxico o morfosintaxis, y al revés. La situación actual es particularmente insatisfactoria en cuanto a diccionarios, vocabularios, glosarios, etc. del español de América, la mayoría de los cuales dejan mucho que desear. Como este tema ha sido tratado muy detalladamente en una serie de publicaciones, hemos de limitarnos a remitir al lector a las respectivas bibliografías6. Si pensamos que en Hispanoamérica hay unos 300 millones de hispanohablantes y en Estados Unidos (donde es muy difícil obtener datos exactos, debido,

en parte, a la inmigración clandestina) hay unos 35 millones, frente a 40 millones en España, nos damos cuenta de que esta situación es verdaderamente preocupante. Para contribuir a una actualización y renovación metodológica de la lexicografía del español de América, se inició

en la cátedra de Lingüística Aplicada (Lenguas Románicas) un gran proyecto cuya finalidad es publicar diccionarios de los distintos países de América con una metodología perfeccionada.

3. Diferentes opiniones y posturas ante el español de América

Es importante saber que muchas veces la realidad lingüística del español de América se ha discutido, y se discute, con criterios subjetivos y desde posturas apriorísticas:

paternalismo peninsular, nacionalismo lingüístico americano, triunfalismo unitarista, regionalismo a ultranza, purismo exagerado frente a los fenómenos lingüísticos hispanoamericanos, etcétera.

Sólo la extraordinaria complejidad del español de América y nuestros conocimientos insuficientes de toda la realidad lingüística del español de América tal como se nos presenta hoy en día explican el hecho de que los autores, tanto españoles como hispanoamericanos, que

se han ocupado de esta temática hayan emitido juicios tan discrepantes sobre el español del Nuevo Mundo, especialmente sobre el tan discutido tema de la unidad y la diferenciación actuales y futuras del español a ambos lados del Atlántico.

Entre los españoles se ha podido observar a veces, mucho más en el pasado que hoy en día, cierta actitud paternalista frente a Hispanoamérica, no sólo en cuanto al problema de la lengua, sino también en la apreciación de otras realidades hispanoamericanas. Así, por ejemplo, el escritor español Clarín (1852-1901) dijo todavía: «La lengua es nuestra». Para los que pensaban así, Madrid seguía siendo el centro del mundo hispánico, y lo que se hablaba en Hispanoamérica era un español con unas cuantas diferencias dialectales que sólo estorbaban, y a veces dificultaban, la comunicación. Naturalmente esta actitud paternalista no era del gusto de los hispanoamericanos, que suelen rechazar la tutela de la antigua madre patria (y no sólo en cuanto a la lengua) y que, a veces, llegaron a posturas extremas en su nacionalismo lingüístico; como algunos autores argentinos de comienzos de este siglo que propagaban el ideal de un «idioma nacional argentino» que,  según ellos, sería otra lengua distinta al español. El deseo de mantener la unidad del español por motivos de

tradición, cultura, espiritualidad o, simplemente, como instrumento de comunicación, influye subjetivamente en el juicio de no pocos autores sobre la realidad lingüística hispanoamericana, que se puede valorar sólo con hechos concretos y no desde posturas apriorísticas.

Eminentes lingüistas españoles, como Rafael Lapesa y Alonso Zamora Vicente, sostienen que las diferencias lingüísticas entre cualesquiera territorios de América son hoy  en día mucho menores que las existentes entre las diferentes regiones españolas. Esta afirmación no carece de fundamento, ya que

entre el aragonés, el asturiano y el andaluz hay diferencias enormes, pero hay que relativizarla y matizarla. ¿Cuántos hablantes del dialecto quedan hoy en Asturias y en Aragón? Fuera de las regiones donde se habla otra lengua

(gallego, vasco y catalán), pero que son bilingües, en el norte y el centro de España se habla un castellano regional que no presenta tantas diferencias de una región a otra como presenta, por ejemplo, el español mejicano respecto al argentino. Es cierto que el español de un andaluz o de un canario presenta aún hoy importantes diferencias frente al español de Madrid y, apunta ya, en muchos de sus rasgos, pero no en todos, al español de América.

Efectivamente, creo que es mínimo dentro de España el peso que puedan tener hoy en día dialectos como el asturiano, el leonés o el aragonés, que, en el fondo, son «lenguas venidas a menos» con un sistema lingüístico diferente (por ejemplo, conservación de la [sh], que suele escribirse x). Se podría argumentar que, en cambio, el andaluz tiene mayor peso por el número de hablantes, su protagonismo político, etcétera.

Frente a la tesis de la mayor diferenciación lingüística en España que en América, se podría resaltar que, si bien esto puede ser cierto en

algún nivel, por ejemplo, en la pronunciación, no lo es desde luego en cuanto al léxico. No es comparable la diferenciación léxica entre Madrid y Andalucía con la existente entre España y cualquier país hispanohablante en América. La tesis de la mayor diferenciaciónlingüística dentro de España frente a la de

Hispanoamérica ha sido rechazada enérgicamente por excelentes conocedores del español de América, como José Rona, Juan Manuel Lope Blanch, María Beatriz Fontanella de Weinberg y por el hispanista checo Lubomir Bartoš. Rona, por ejemplo, habla del «mito de la homogeneidad del español de América».

Textualmente dice lo siguiente:

Se trata de uno de los numerosos mitos que circulan en este terreno, y que

creemos poder atribuir al hecho de que se empezara a hablar y escribir del español americano antes de conocerse el español americano. En otro plano, este verdadero lugar común pudo conservarse debido al hecho de que el contacto entre hispanoamericanos se realiza casi siempre en un nivel cultural elevado o semielevado, nunca en un nivel cultural bajo, sobre todo cuando las distancias entre los dos hablares que se comparan son relativamente grandes. Finalmente, los estudios lingüísticos han sido al principio meras recolecciones locales, después meros estudios filológicos y sólo en los últimos pocos años se ha comenzado con estudios que realmente podemos llamar dialectológicos, en el sentido cabal de la palabra y con aplicación de todos los requisitos y medios metodológicos de esta ciencia.

Para entonces ya se había repetido demasiadas veces que el español americanoera «sorprendentemente homogéneo ». En posesión de los datos

recopilados en las dos últimas décadas, no podemos ya aceptar esta afirmación. Basta con la comparación de textos americanos procedentes del nivel vulgar y transcritos en notación fonética para percibir las grandes diferencias existentes, no solamente entre casos extremos como Chile y Cuba, sino aun entre zonas relativamente cercanas como Perú y Venezuela.

Si nos atenemos a la experiencia personal de los investigadores que trabajan actualmente en la dialectología hispanoamericana –experiencia consistente, en la mayoría de los casos, de material inédito–, la realidad heterogénea del español americano se presenta aún más claramente ante nosotros.

Luego prosigue:

Si bien no podría prestarse a ninguna clase de medición la intercom-prensibilidad relativa entre los diferentes hablares hispanoamericanos, no creemos estar muy equivocados al firmar que la diversificación en América no es menor que dentro del territorio que le podemos asignar al español en la Península Ibérica. Es cierto que en la Península hay hablares mutuamente incomprensibles, pero lo mismo sucede en el Nuevo Mundo también, sólo que esto último no suele decirse. Así, por ejemplo, no creemos que un mexicano y un paraguayo, o un cubano y un chileno, pertenecientes a los niveles culturales

bajos, pudieran comprenderse hablando en sus respectivos dialectos. Aun a un rioplatense de nivel culto le sucede muchas veces en la ciudad de México que los mexicanos semicultos no entienden una frase que contenga varias (j) o varios vocablos que el mexicano inculto o semiculto ignora hasta en ese plano.



Puedo afirmar, después de 26 años de estudios del español de América, que las diferencias entre el español peninsular y el americano son mucho más numerosas y profundas desde una perspectiva sincrónica de lo que creen la

mayoría de los españoles e incluso algunos lingüistas españoles. También son mayores las diferencias que existen entre las distintas áreas lingüísticas de Hispanoamérica de lo que piensan muchos. El filólogo español Vicente García

de Diego dijo al respecto:

La profecía del castellano americano, no tiene las mismas bases que las del castellano peninsular, porque España es una y América es múltiple. Las fronteras de cada Estado son una aduana que intercepta la libre circulación lingüística.

En este momento sería prematuro sacar conclusiones definitivas sobre todos los elementos comunes y todas las diferencias que existen, por una parte entre el español peninsular y el americano y, por otra, dentro del español americano, porque, como ya se ha señalado, nuestro conocimiento del español americano

es incompleto y, en ciertos aspectos, fragmentario. El filólogo español Juan Manuel Lope Blanch, uno de los mejores conocedores del español de América, que vive desde hace muchos años en México, dice al respecto:

[...] si el observador (del español americano) es un especialista, un estudioso –un filólogo, en suma– su capacidad de juicio estará condicionada, lógicamente, por el número de datos, por los elementos de juicio de que disponga. Y es el caso que la filología hispanoamericana no ha proporcionado todavía Información seria y precisa sobre las hablas de muchos y muy variados

territorios de Hispanoamérica. Y sobre otros, proporciona a veces nformaciones

parciales, cuando no superficiales y aun erróneas. El lingüista se encuentra,

así, sólo parcialmente capacitado para hacer evaluaciones.



El mismo autor destaca que la impresión de los lingüistas españoles es Favorable a la tesis de una mayor homogeneidad de las hablas americanas.

Lope Blanch, en cambio, al referirse concretamente al léxico, constata:

Y ahora sí, adentrándonos en el mundo de las palabras, habremos de reconocer que las diferencias que separan a unas regiones hispanoamericanas de las otras son en verdad colosales.

En 1988 se celebró en Bogotá el Primer Congreso sobre Lexicografía del español de América, con participantes de 12 países hispanoamericanos y de España, al final del cual se llegó a la conclusión de que el vocabulario de uso corriente hoy en día en Hispanoamérica sólo se conoce en parte, y que es probable que el 30% de este vocabulario, y en casos extremos el 50%, no esté registrado.

Insistimos en que existen diferencias considerables no sólo entre el español peninsular y el americano, sino también de un área lingüística hispanoamericana a otra, pero que no conocemos el español de América lo

suficiente para emitir juicios definitivos sobre estos dos problemas.

Ello no impide que todas las variantes del español, tanto las europeas como las

americanas, pertenezcan a un sistema lingüístico común, el español. El interés de toda la comunidad hispanohablante debe ser mantener la unidad de la lengua. Si hemos aludido a posturas y opiniones extremas sobre el español americano, que afortunadamente van desapareciendo cada vez más, ha sido para que las personas que entren en contacto con el español de América no hagan demasiado caso ni a los puristas fanáticos (muchos de ellos hispanoamericanos) que rechazan palabras o hechos gramaticales del español de América, consagrados por un uso colectivo prolongado, por el simple hecho de no coincidir con el uso peninsular, ni a aquellos hispanoamericanos que, por comodidad, ignorancia o indiferencia ante la lengua, justifican cualquier disparate lingüístico alegando que es propio del español de su tierra americana.


4. ¿En qué consiste la diferenciación del español de América?


4.1. Generalidades

Para valorar los distintos tipos de diferenciación del español de América y no

caer en generalizaciones precipitadas, hay que proceder con gran rigor y aplicar varios criterios. Un primer criterio son los distintos niveles lingüísticos. La unidad del castellano hablado aquende y allende el Atlántico es mayor

en los niveles lingüísticos que se sitúan por encima del estándar, entendiendo por estándar aquellos fenómenos que no tienen ninguna marca, ni cronológica (arcaísmo, etc.) ni diatópica, ni diastrática, ni diafásica, es decir, que tienen marca cero. En efecto, en el lenguaje literario y en la prosa científica y didáctica hay un mínimo de diferencias entre el español americano y el peninsular, y también dentro del español de América. Los elementos léxicos de

un buen periódico (prescindiendo de las páginas locales), un libro de matemáticas, un tratado de filosofía, un ensayo literario o una

novela son fundamentalmente los mismos en España y en América.

En la literatura puede haber excepciones cuando el autor quiere evocar el color local o describir un ambiente rural, proletario o hampesco, especialmente a través de los personajes que hablan. En este caso, la densidad del léxico específico del país en cuestión es mayor, y muchos enunciados pueden resultar incomprensibles para el no iniciado. También en la prensa amarilla y en la prensa del corazón, en el teatro popular y en la literatura trivial (p.

ej., en la novela rosa) aparecen ya más elementos de diferenciación, generalmente en el léxico. En el nivel del estándar ya existen diferencias entre el español de los 20 países hispanohablantes. No se trata aquí de

fenómenos coloquiales, sino de diferencias que pueden aparecer en textos no literarios, como buenos periódicos, libros de cocina, instrucciones de uso, catálogos, formularios oficiales, etc., y también en la lengua hablada culta. En este nivel su número aún es limitado

.
Las diferencias se van acentuando y multiplicando a medida que nos alejamos del nivel estándar «hacia abajo»: lengua familiar, popular o vulgar y lenguas de grupo (jergas o argots).

Desgraciadamente hay también diferencias en los tecnolectos, especialmente en el léxico, p.ej., del derecho, de la economía y de la tecnología, lo cual representa a veces graves problemas para la comprensión y la traducción

de ciertos enunciados lingüísticos, tanto más cuanto que para el español de América hay pocos diccionarios espe-cializados. Por eso es de desear que los autores de diccionarios especializados cuya lengua de partida o de llegada sea el español tengan en cuenta no sólo el español peninsular, sino también un máximum de americanismos tecnolectales.

Otra diferenciación importante tanto en la pronunciación como en el léxico es el contraste ambiente urbano-ambiente rural. En este último hay más diferenciación de pronunciación, y aún más de léxico, debido a la conservación de arcaísmos en dicho ambiente –p. ej., agora (en vez de ahora), enantes (en vez de antes), alante (adelante), un fenómeno que se puede observar también en España, p. ej., en la lengua rural de Murcia, Aragón y Andalucía.

Los demás tipos de diferenciación aparecen especialmente en el léxico y serán tratados más adelante.

En cuanto a las diferencias en la pronunciación (y entonación) entre el español

americano y el peninsular, hay que distinguir muy claramente su extensión geográfica (toda América, algunos países o un área reducida) y su status social (estándar, coloquial, vulgar o rural).

4.2.1. Diferencias de la pronunciación americana frente a la peninsular que se dan en toda o casi toda América

4.2.1.1 Pronunciación predorsal de la s (como en el español meridional, francés y alemán) en vez de las apical fuertemente sibilante de Castilla de Vieja. Existen, sin embargo, algunas zonas que tienen unas similar a la castellana, p. ej., los departamentos de Antioquia, Caldas y Santander de Colombia.

4.2.1.2. Seseo. Es decir, pronunciación de cante e e i, y de z como s en palabras como cero, cifra, zoo ([sero], [sífra], [so]). Este fenómeno es general en América.


4.2.2. Diferencias que se dan en una serie de Países

4.2.2.1. El yeísmo

En extensas zonas existe, como ya se ha señalado, yeísmo , es decir, pronunciación de ll como (y), lo mismo que en español meridional. El lleísmo se ha conservado en ciertas zonas andinas (altiplano de Colombia, Nariño, Perú), pero, como ocurre también en España, el yeísmo va ganando terreno. En Bogotá, p. ej., las generaciones jóvenes se han pasado ya al yeísmo. Una extensión geográfica mucho más limitada tienen el jeísmo (j como en francés jour) y el sheísmo (vide supra), que se dan en el español rioplatense (especialmente en Buenos Aires y Montevideo).

4.2.2.2. La aspiración de las La aspiración de -s en final de sílaba y de palabra, como en el español meridional, está muy extendida en el área rioplatense, en Chile y el área del Caribe; p. ej.: ¿Ehtán uhtedeh lihtoh? (¿Están ustedes listos?).

4.2.2.3. La r asibilada  En Chile, el NO de Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, el altiplano de Bogotá y Centroamérica se pronuncia una r asibilada que recuerda la pronunciación inglesa: tres, tren.

4.2.3. Fenómenos fonéticos del nivel inculto A un tercer grupo pertenecen los muchos casos de pronunciación coloquial, popular y vulgar, que se dan también en el español vulgar peninsular y que son considerados como contrarios a la norma, o por lo menos más propios de la lengua hablada informal a ambos lados del Atlántico, p. ej. la pronunciación de los grupos bue-, hue- y vue- como güe: güeno (bueno), güevo (huevo), güelto (vuelto).

Otro fenómeno característico del nivel inculto es el paso de la f y de la h (muda en la norma peninsular) a j (como en Juan): se jue (se fue), jondo (hondo). Esta pronunciación se ha lexicalizado en algunas palabras como jarto, jartera («hastío», Colombia) y el verbo, tan frecuente, jalar (halar; tirar hacia sí) en Colombia, Venezuela y el área de Caribe.

La supresión del hiato en los grupos -ea y -eo, que se reducen a los diptongos -ia e –io respectivamente es frecuente, hasta en el lenguaje culto informal de muchos países, p. ej., en Colombia: peliar (pelear), acordión, pior. (Nos limitamos a esta enumeración de los fenómenos más frecuentes, pero hay unos cuantos más que por falta de espacio no podemos tratar aquí.)

4.3. Ortografía

La unidad casi absoluta de la ortografía del español en todo el mundo hispánico es un factor importantísimo para mantener la unidad de la lengua. Como comenta Antonio Tovar: «El prestigio de la literatura moderna en lengua española ha unificado la ortografía, que en el siglo pasado corrió el peligro de escindirse, pues una ortografía «americana», ya propugnada por Andrés Bello y apoyada por el gran argentino Sarmiento, fue oficial en Chile de 1844 a 1927»18. De paso quiero señalar que un autor colombiano, Antonio Silba Mojica19, propuso nuevamente una ortografía peculiar más o menos colombiana. Si los argentinos también escribieran como pronuncian, tendríamos ya dos sistemas bastante diferenciados (recuérdese el ejemplo: yo me llevo la llave - sho me shevo la shave), lo cual acabaría con la unidad gráfica del español, la única integral que existe todavía aquende y allende el Atlántico, ya que en la pronunciación, la morfosintaxis y el léxico esta unidad es sólo parcial. Las pocas diferencias que hay en la grafía de algunas palabras se tratarán en 5.3.1.

4.4. Morfosintaxis

En cuanto a la morfología y la sintaxis, las diferencias entre el español americano y el peninsular son pocas, pero, con todo, algunas de ellas son fundamentales por su efe efecto multiplicador. Las más importantes son:

4.4.1. Verbo

4.4.1.1. Supresión de las formas verbales y de los pronombres personales y posesivos de la segunda persona del plural:

España América

Vosotros, -as (trabajáis) ustedes (trabajan) os (dativo) (doy) les (doy) os acusativo) (veo) los, las (veo) vuestro, -a, -os, -as su, sus. Este fenómeno se da en toda Hispanoamérica. Se oye muy raras veces vosotros, os, vuestro, etc.; en un discurso muy solemne, por ejemplo, o en un sermón. A los latinoamericanos, el uso de estas formas les suena raro y les recuerda el teatro del Siglo de Oro.

4.4.1.2. En extensas zonas de América existe el voseo, es decir el uso de vos en vez de tú, con una serie de formas verbales peculiares, p. ej., vos tenés (tú tienes), vos cumplís, etc. En algunos países (Argentina, Uruguay, Paraguay,

Centroamérica, a excepción de Panamá), el voseo es la norma general; en otros países o áreas donde el voseo coexiste con el tuteo, generalmente, a nivel popular, tiene menos prestigio que este último (Chile; en Colombia:

Antioquia, Valle del Cauca; ciertas zonas de Bolivia).

Donde hay voseo combinado con la sustitución de vosotros por ustedes, por

ejemplo en Argentina, dos de las seis formas del paradigma verbal cambian en todos los tiempos y modos.

4.4.1.3. En Hispanoamérica se usan casi exclusivamente las formas del imperfecto del subjuntivo en -ra y no las en -se: tuviera, hiciéramos (y no: tuviese, hiciésemos).

4.4.1.4. En una serie de países se sustituye el pretérito compuesto (según el uso peninsular) por el pretérito simple:

España América (p. ej., Colombia, Argentina) Me he levantado a las seis. Me levanté a las seis.

Por fin has llegado. Por fin llegaste.

4.4.1.5. En la lengua escrita, especialmente en la del periodismo, es frecuente el uso enclítico del pronombre personal con formas finitas del verbo al comienzo de una frase. Este uso que existe en España, pero allí parece más afectado, p. ej., búscase tipógrafo; reúnense los ministros. Se usa mucho en titulares de la prensa y en anuncios comerciales.

4.4.2. Pronombres

4.4.2.1. En España el acusativo del pronombre personal de la tercera persona

del singular referido a personas es le (lo existe en España a nivel regional); en

Hispanoamérica, en cambio, se usa sólo lo: Este señor, no lo conozco.

4.4.2.2. Otros pronombres: sobre la supresión de vosotros, -as; os y el uso de 
vos, ver.

4.4.3. Otras diferencias morfosintácticas Una serie de fenómenos gramaticales

están estrechamente ligados a determinadas palabras: cambio de género o número en los sustantivos, diferente régimen de ciertos verbos, uso reflexivo en vez de intransitivo de ciertos verbos, y al revés. Por esto los trataremos en el subcapítulo dedicado al léxico.

También cambia a veces en el español americano el orden de palabras frente al español peninsular, pero este fenómeno está poco estudiado hasta ahora.




CAPITULO  III

El español de República Dominicana  y sus Regionalismos



El español de República Dominicana  y sus Regionalismos

Español dominicano

El español dominicano es la variedad del idioma castellano hablado en la República Dominicana siendo dentro de sí una variedad del español caribeño. El español de la República Dominicana es un dialecto que se divide dentro del mismo en otros sub-dialectos dependiendo de la región y la clase social. Al ser una lengua rica en influencias extranjeras el español de la República Dominicana tiene influencias de varias culturas y países. De la misma manera éste puede sonar muy similar al español de Puerto Rico (español puertorriqueño) y de Cuba (español cubano), por la gran cercanía a estas islas.

En el español dominicano podemos observar el uso de arcaísmos, los cuales a pesar de no ser utilizados con frecuencia son todavía conocidos por la gran mayoría del pueblo y su uso no es extraño (ejemplos de los mismos son las palabras anafe, bregar, carátula, etc.). De la misma manera el dialecto dominicano usa varios términos denominados indigenismos de gran popularidad en la riqueza del idioma. A pesar de tener una populación indígena completamente extinta, estos términos quedaron marcados. Muchos dicen que los indigenismos dominicanos provienen del único taíno restante en la isla de la Española, Enriquillo, que a pesar de ser de ascendencia taína estaba ya completamente hispanizado.

Historia

El asentamiento español de 1492 tuvo gran influencia en la cultura y el idioma dominicano. El dialecto dominicano en general tiene varias similitudes con el dialecto andaluz. Esto es debido a que las flotas que partían en expediciones hacia América se organizaban en Sevilla, pero provenían de puertos andaluces.

Dentro del español dominicano también existen exoticismos que dicen provenir de los esclavos africanos (en este caso entonces denominado africanismos como la palabra cachimbo,) traídos a América luego de la extinción de los taínos. Sin embargo, al igual que los pocos taínos que quedaron en la isla, los esclavos africanos que llegaron a la isla dejaron sus huellas en el lenguaje local. Entre las Lenguas africanas son las que más han influenciado el dialecto dominicano, especialmente los idiomas Kongo, Igbo, y Yoruba. Esta influencia africana se encuentran en las palabras, forma de hablar, accento, el coloquialismos y entonaciones. Una teoría es que la gente de la zona de Guinea de África Occidental, junto con el Congo, se vieron obligados a aprender y neutralizar las formas de Castellano. La gente de la región del Cibao son los descendientes de esclavos fugitivos, y por consiguiente, su español tiende a ser más de una lengua criolla, similar a

Fonética
  • El español dominicano tiene seseo y en habla no se distingue entre el sonido que representa las letras "c" (antes de "i" y "e"), "z" y "s". Las tres letras representan el fonema /s/. Por ejemplo, en español dominicano, los verbos "cazar" y "casar" suenan igual.
  • Yeísmo: En la República Dominicana, el sonido representado por "ll" se ha convertido de la lateral /ʎ/ a un sonido igual que el sonido representado por "y". Este fonema se realiza en los sonidos [j] o [dʒ].
  • Lambdaización: Fenómeno muy común en las clases populares, donde se cambia la consonante implosiva (a final de sílaba o palabra) por /l/. Ejemplo "Nueva yol" (por Nueva York), "coltar" (por cortar)

Hay tres regiones geográficas con diferencia de pronunciación que son el sur, el norte (Cibao) y en Santo Domingo que está en el centro del sur y del este (la pronunciación en el este es más neutra). También la tendencia de acortar palabras y unirlas.
  1. En la región Norte predomina el uso de "i" entre las palabras, (caminar = "caminai") (madre, mal, mar = "mai, mai, mai" se pronuncian todas igual)
  2. En la región Sur predomina la "r" entre las palabras y también se arrastra o pronuncia más fuerte donde esta (caminar = "caminarrr"),
  3. (vámonos para el pueblo = vámono parr pueblo). Con menos frecuencia se puede escuchar un cambio de la "o" por la "u" (vámonos = "vámonu").
  4. En Santo Domingo, (Ciudad Capital) predomina la "l" (caminar = "caminal") y se acortan mucho más las palabras y se puede suprimir la "s" en algunos casos (vamos a ver = "vamoavé").

A pesar de las diferencias regionales de los dialectos (geolectos), el español dominicano también tiene sociolectos, es decir que existe una diferencia de dialecto entre clases sociales. Se dice que la sintaxis y la morfología del español dominicano tienen gran influencia africana, sin embargo la fonética es africano, con una diferenciación entra las clases cultas y no cultas. A pesar de haber una diferencia el español dominicano posee características específicas como el yeísmo, el seseo y la ausencia completa del voseo.

La clase culta

La clase culta tiene algunos rasgos específicos que a pesar de no estar prescriptivamente correctas son más aceptables. Por ejemplo algunos de los fenómenos son los siguientes:
  • Reducción de nasales finales a n velar: corazóŋ, accióŋ, perdicióŋ.
  • Africación de la y
  • Aspiración de la s: vamoh, ¿cómo ehtah?
  • Lambdacismo y rotacismo (incluso en la clase culta)
  • Se adopta la k como implosiva: octener, ocservación.
  • Sonoración o ensordecimiento de una consonante por influencia con la a cuando se enseña la lectura muchas veces se enseña la diferenciación entre la z y la s, de la ll y la, y, aunque sea incorrecto en el español, de la b y la v.

La clase popular

Los rasgos de la clase popular son los siguientes:

  • Alternación de la o y la u: Macorís, y Macurís, bohío y buhío
  • Contracción de grupos vocálicos en diptongos, especialmente en el diptongo eu: Europa= Uropa
  • Aspiración de la h, aunque este rasgo ha estado desapareciendo: hablador= jablador.
  • Diptongos reforzados con una velar: güeso, gueco
  • Contracción de vocales idénticas: todo= too, nada=naa
  • Lambdacismo y rotacismo (más frecuente en la clase popular)
  • Desaparición de r y l finales

Ultracorrecciones

Las ultracorrecciones son un fenómeno popular dentro la clase rural que al tratar de pronunciar una palabra de manera correcta o aceptada se crean fenómenos como los siguientes:
  • Se trata de reponer eses suprimidas en finales de sílabas y se cometen errores: la mocas, sobre lo posos. Y a veces hay palabras que obtienen una s adicional, cambutera: cambustera, refitolero: refistolero. etc.
  • Supresión de la j, por temor al aire campesino del habla en la que se mantiene la h aspirada: beúco (bejuco), coín, (cojín)
  • En las regiones donde la l y la r finales de sílaba se vocalizan en i, se reacciona en forma hiperculta convirtiendo en r la i de los diptongos descendientes: naide: narde, Seibo: Serbo, soy: sor
  • Falsa reposición de la d intervocálica: bacalado, crujida

Influencias africanas

El español dominicano, igual que el criollo haitiano y los demás dialectos del Caribe, tiene muchas influencias de varias lenguas africanas, una característica que comparte con varios idiomas criollos de esa región. Los idiomas que se cree que más influenciaron el español dominicano son los idiomas twi, yoruba, wolof, y especialmente los idiomas kikongo e igbo.

Morfología dominicana

La morfología dominicana es otro elemento del dialecto que demuestra la identidad propia de este país caribeño. Los elementos fundamentales de la morfología castellana (pluralidad en –s, género en –o y –a, etc.…) todavía se mantienen por mayor parte y forman el núcleo y el estándar de la mayoría de la lengua, pero hay diferencias bien marcadas. Mucho de esto tiene que ver con los temas ya discutidos de las variaciones lingüísticas que corresponden a la situación social de cada hablante. Los fenómenos de ultracorrección y el préstamo léxico ocurren a través de estas divisiones sociales y causan que muchas variedades morfológicas existan y diversifiquen el habla dominicana. Las fuentes de los préstamos incluyen el idioma africana, y el inglés. Ejemplos de estas características morfológicas incluyen:
  • Ultracorrección de número (resulta de la crítica sobre la pérdida del s final)
  • plural irregular en –ses: sofases, pieses, haitises.
  • El uso de formas antiguas en la jerga campesina
  • El uso de interjecciones distintas:
  • ¡ayay! ¡Guay! ¡sió! (para ahuyentar aves) ¡zape! (para ahuyentar el gato), eufemísticos como ¡carimba!,¡contra! Y verbales como ¡anda! ¡Anda la porra! ¡Anda pal carajo!
  • Las adaptaciones morfo-fonológicas de préstamos:
  • jonrón (ing. homerun), greifrú (ing. Grapefruit), crinchís (ing. cream cheese) y chizquéi (ing. cheesecake)

Semántica dominicana

La semántica dominicana representa la sociedad y la cultura de la isla. Los dominicanos siempre han tenido un ambiente que refleja cambio constante. La esclavitud trajo conceptos africanos a la isla y combinaron con la ideología europea de los conquistadores. Debajo de todo esto, las influencias de la cultura taína todavía existían pero no mucho. Hoy en día, la influencia de los Estados Unidos es tremenda y las ideas culturales de allá han dejado huellas en la isla dominicana. Este ambiente representa una oportunidad para la variedad semántica. Características bien típicas del dialecto dominicano incluyen cambios en el significado de las palabras de la lengua y muchas veces estas variaciones tienen que ver con el contexto en que se usan en la República Dominicana.

Ejemplos de formas que toman nuevos significados:
  1. Andana: diente que sale sobre otro
  2. Angurria: mezquindad, o egoísmo
  3. Calzada: que es acera
  4. Gas (lámpara de~): pretóleo de lámpara

Ejemplos de la extensión de significación, a veces metafórica:
  1. aflojar: dar
  2. arrollar: atropellar
  3. bolo: sin cola
  4. cacaítos: bombones de chocolate
  5. carpeta (dar carpeta o ser carpetoso): molestar.

Ejemplos de expresiones de origen marino, con su significado propio o con significado nuevo:
  1. amarrar: que quiere decir atar
  2. apear: desmontarse
  3. aportar: presentarse
  4. atrincar: apretarse
  5. boyar: flotar
  6. crujía: como pasar trabajos
  7. gaviar: trepar
  8. guindar: colgar

Sintaxis dominicana

La sintaxis del variante dominicano existe como una mezcla de elementos diferentes. Tiene muchos rasgos de las lenguas africanas que llegaron a la isla en el siglo XVII con la llegada de los esclavos.

El sintaxis dominicano debe mucho al Yoruba de nigeria.

Las características distintas de su sintaxis incluyen:
  • La inversión del orden básico (SVO) a un variante semejante a lo africano (SOV) en formas interrogativas
  1. ¿cómo tú estás? en vez de ¿cómo estás (tú)?
  2. ¿qué tú crees? en vez de ¿qué crees (tú)?
  3. ¿cómo tú te llamas? en vez de ¿cómo te llamas (tú)?
  4. Etc…
  • El cambio de categoría sintáctica
  • Sustantivo como adjetivo
  1. “medio” se usa así: “están medios locas,” “estoy medio muerto del hambre,” etc…
  • El uso de clíticos y otros artículos de maneras diferentes
  • Puesto del artículo antes del nombre propio
  1. La Juana, el Enrique, la María, etc…
  • El uso de ello como sujeto impersonal y papel expletivo
  1. Ello es fácil, ello es aburrido, ello no hay más..., etc…

El idioma y sus áreas

El español de la República Dominicana varía según el área en que se hable. En la Zona Metro (Santo Domingo) se habla un español bastante extenso, fluido y correcto excepto en áreas de barrios marginados donde se degrada; Ej: En vez de "Para qué irás allá?" dicen "Pa' qué' vas pa' llá'". En la Zona Sur se emplea un español fluido y extenso aunque no tan correcto, se acostumbra a intercalar una "R" en las pronunciaciones y "Vale" al terminar de decir algo, es uno de los más étnicos españoles dominicanos que se habla. En la región o zona norte se habla un español menos extenso, con una fluidez muy buena, se acostumbra a intercalar una "i" entre las palabras y nuevamente un "Vale" al terminar las oraciones, es distintivo de esta zona. En la región este se habla mucho Inglés cada vez es más común que dominicanos de todas partes del país aprendan este idioma, posiblemente dentro de 10 años más del 50% de la población hable inglés como segundo idioma, y posiblemente se oficialice aunque, en la actualidad eso no está en planes.
El castellano llegó a Santo Domingo con los españoles que descubrieron la isla y al igual que sucedió en los demás países de América Latina, este nuevo idioma desplazó por completo las lenguas de los aborígenes (Lengua Taina, Lengua Ciguaya y Lengua

Macorije), hasta hacer que desaparecieran totalmente, del mismo modo que en pocos años murieron todos los habitantes que los españoles encontraron en la isla, muchos por enfermedades traídas por los invasores, otros como resultado de los abusos y maltratos a los que fueron sometidos; los menos por tristeza y frustración.

Se afirma, según consigna Pedro Henríquez Drena en su obra El Español en Santo Domingo, escrita entre 1935 y 1961, que "la Española fue en América el campo de aclimatación donde empezó la lengua castellana a acomodarse a las nuevas necesidades..." Sin embargo, conservamos, apenas, algunas palabras

con las cuales los nativos designaban algunos objetos, plantas y frutos desconocidos por los españoles y que éstos asimilaron, enriqueciendo el castellano. Entre estas palabras pueden señalarse: ají, arcabuco, batata, bejuco, bija, cabuya, ceiba, eurí, guama, sabana, yuca, barbacoa, guazábara, hamaca, macana, anón, caimito, caguasa, corozo, guanábana, guayaba, hobo o jobo, lerén o lirán, mamei, mamón, maní, papaya (lechosa), jagua.

No se tiene precisión sobre a partir de cuándo puede hablarse de un español dominicano propiamente dicho, pero, obviamente, los colonizadores que se establecieron en la isla y asimilaron palabras de las lenguas locales fueron los que iniciaron el proceso de reacción del dialecto dominicano. Con el paso del tiempo por evolución natural, adecuación idiomática, influencias del español de otros países y de otras lenguas, se ha constituido lo que conocemos como el español dominicano y que Carlisle González Tapia define como "La modalidad dialectal del español general que se habla eri la República Dominicana y que presenta características particulares en el orden fonético, en las construcciones morfosintácticas y en el vocabulario y los distintos significados de los vocablos, con relación a los demás dialectos del español general".

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Arcaísmos: uso de palabras o frases anticuadas. Sobre el español de Santo Domingo, en su época, Pedro Henríquez Drena escribió: "Mi tesis principal es que al español de Santo Domingo lo caracteriza su aire antiguo, que en ocasiones llega al arcaísmo"1 "...el español de Santo Domingo presenta como rasgos distintivos la conservación de la lengua tradicional, con matices antiguos y hasta arcaicos más abundantes que en ningún otro país del Nuevo Mundo..." Entre los arcaísmos utilizados aún por hablantes cultos, señala: acesar, agonía (esfuerzo), alfeñique, alferecía, alquilarse una persona, amujerado, anafe, aparente, apeñuscado, atollarse, barcino, mancar, mata (planta de cualquier especie, hierba o árbol y no solamente maleza), pollera por falda, agüela por abuela, vide por vi, agora por ahora, repite por regaño, etc. Otros arcaísmos muy escuchados a nivel rural son: sernos, vide, haiga. Sin embargo, la afirmación de Henríquez Drena no puede considerarse válida en la actualidad,

como lo demuestra en su estudio Max A. Jiménez Sabater al señalar que una buena parte de los 258 arcaísmos referidos por Henríquez Drena son casi completamente desconocidos por los jóvenes universitarios de hoy. Concluye señalando: "Es probable que muchos de esos términos fueran bastante usuales hace un siglo o que todavía se oiga alguno de ellos en tal o cual rincón de la República. No obsta para que, en líneas generales, semejantes vocablos hayan pasado a ser hoy día tan arcaicos en Santo Domingo como en el resto de la comunidad hispánica.

Por su parte, Carlisle González, afirma sobre el particular: "El panorama actual del español en Santo Domingo no es el que plantea Henríquez Drena.

Creemos que aunque se conservan muchos arcaísmos tanto en el lenguaje hablado como en el escrito, no existe "el fuerte sabor arcaico" a que alude don Pedro, salvo en zonas rurales muy apartadas. Además, la influencia por contacto con otras lenguas ha enriquecido en gran manera al castellano dominicano"

FONÉTICA: FENÓMENOS DIACRÓNICOS

El seseo dominicano Igual que sucedió en el resto de los países hispanoamericanos, en la República Dominicana, los antiguos fonemas que la grafía medieval y la clásica representada con s, ss, c y z se unificaron en el fonema sordo /s/. En nuestro medio se tienen evidenciasgráficas de las confusiones que causó esta pronunciación indiferenciada, al momento de escribir, en documentos del 1581. Pueden apreciarse errores como "nesesarias", "jueses", "pareser", "rresebido", "haserle", "marsso", "provinssia", "fransesses", "Yglecia", "hassiendas", "destruyssion", entre otros.

Eliminación de /s/.

En las clases populares y campesinas, por lo general, se aspira la S final de sílaba, y ésta es quizá la característica más notoria del español dominicano actual: má comida, por más comida; do día, por dos días; tre peso por tres pesos, etc. En las clases cultas puede observarse lo mismo en conversaciones relajadas entre amigos, sin embargo, en conversaciones formales, discursos y en el lenguaje escrito, se cuida caer en esos errores. A pesar de ello, Carlisle González Tapia afirma que sólo alrededor de un 33 % lo consigue, aun "en estilo totalmente formal" Jiménez Sabater refiriendo sus impresiones al respecto señala: "...en la República Dominicana la pérdida total de la aspiración procedente de /s/ final de sílaba se halla mucho más avanzada hoy día entre las generaciones jóvenes -menores de treinta años- que entre personas de mayor edad. Contemplé con asombro cómo en una misma familia la abuela conservaba buen número de aspiradas, mientras que en el habla de sus hijos el número de éstas era menor y en la pronunciación de los nietos se manifestaba ya la omisión casi sistemática de dicho sonido"3. Concluyendo que la evolución de este fonema tiende hoy en día a la desaparición total en el habla de los dominicanos, después de haber pasado por la etapa de la aspiración.

La S ubicada en medio de palabras, también se aspira en nuestro medio, en condiciones similares a las de la S final de sílaba y de palabra: fóforo por fósforos, totone por tostones, uté por usted, pecao por pescado, juto por justo, satre por sastre, critiano por cristiano, ecuela por escuela, embute por embuste, repeto por respeto, etc.

En personas de nivel alto y medio se produce una aspiración de la /s/, pronunciándose como una 1\1, Ejemplos: chidme por chisme, tardajte por tardaste.

Igualmente se aspira la S en el grupo ST, por ej.: tar por estar, etante por estante, etc.

Se observa, también, en nuestra población campesina y popular, la tendencia a sustituir la S por H aspirada, ej.: nojotro por nosotros.

Yeísmo
Consiste en la pronunciación de II como y. Ejemplos: botella, fallecimiento, guillotina, lluvia, etc. Este fenómeno se generalizó en toda Hispanoamérica desde el siglo XVII. Se entiende que a su rápida propagación "es posible que contribuyera la pronunciación de los esclavos africanos quienes, como se sabe, solían ser yeístas".

Beísmo

Este fenómeno lingüístico está igualmente generalizado en toda Hispanoamérica y consiste en la pronunciación indiferenciada del sonido /b/, independientemente de que la palabra lleve en su ortografía una /b/ o /v/. De esa forma se ha eliminado en el lenguaje hablado el antiguo sonido de la NI.

Vocales

Entre los dominicanos existe una notoria tendencia a la nasalización de las vocales. En las zonas rurales y personas pertenecientes a clases populares muchas vocales resultan nasalizadas por asimilación o metafonía cuando aparecen consonantes nasales en la misma palabra o en otra vecina. Ejemplos: romana, cuando, trabajando, como, etc.

Vocales acentuadas: "El hecho más sobresaliente en lo que concierne al timbre de las vocales tónicas dominicanas es su regular y persistente carácter medio-abierto, exento de extremos cierres o aberturas".

Por esta razón señaló Henríquez Ureña su impresión de que "la nitidez de las vocales dominicanas viene dada por su carácter relativamente despejada"'.

Vocales inacentuadas: Jiménez Sabater afirma sobre el tema: "Es lo más extendido en el país, fundamentalmente en las zonas rurales y en parte de las áreas urbanas, un mantenimiento muy nítido del timbre de las vocales inacentuadas, las cuales suelen ir acompañadas de un acento de, intensidad mayor que el usual en el castellano normativo". "En las clases urbanas de la alta y parte de la mediana burguesía el timbre de las vocales inacentuadas no suele ser mantenido con tanta fijeza, por lo cual se observa la relajación de las mencionadas vocales en circunstancias bastante similares a las del castellano culto peninsular".

"La E inacentuada, en los medios rural y popular, si va seguida de A se convierte en 1: apiai por apear, jarrai por arrear. La E seguida de O, con frecuencia se convierte en 1: pioi por peor, Lionera por Leonora. La E se transforma por disimilación en 1: ojiao por ojeado.

La I sufre cambios muchas veces por supresión, como en sencia por ciencia; por cambio de lugar en una palabra, suida por ciudad; dislocación por acento, como cáida por caída, y sustitución como memo por mismo.

La O también ofrece cambios en el lenguaje popular; los casos más frecuentes son la sustitución por la U, como podemos observar en tualla por toalla; búa por voy; tuavía por todavía.

El diptongo lo en algunos casos se transforma en O como ocurre en Antoño por Antonio".

CONSONANTES

Según Jiménez Sabater "lo más significativo lo constituye tal vez el hecho de que actualmente en la República Dominicana se manifiesta mejor que en ninguna otra zona del mundo hispánico la tendencia ancestral del castellano a resolver la sílabas trabadas en sílabas libres".

Bilabiales: Las consonantes B y V, como ya dijimos, se pronuncian sin alteración cuando son iniciales o están en posición intermedia: banco, barro, vaso, vida, bambú, navega.

bia por G, como en agüela por abuela, güeno por bueno, güeita por vuelta. Esto es frecuente en las oclusivas sonoras.

En la palabra vagamundo por vagabundo la B se convierte en M.

El sonido bilabial de la P inicial, media o intervocálica no sufre alteración: pera, propina, papá.

En el grupo Ps, se pierde: así cáusula por cápsula.

La P seguida de T, desaparece: aseto, por acepto, conseto por concepto.

El sonido fricativo de la F, no sufre alteración: Fragoso, farfullero. Pero en algunos casos su sonido se sustituye, en el lenguaje popular, por el de la J. Así Juimos por fuimos, ajuera por afuera.

Dentales (T-D): La T en posición inicial no cambia: tabaco, Teresa, trueno.

La D inicial, en la lengua vulgar se aspira, en las voces onde por donde, epachai por despachar, enú por desnudo.

Existe el caso contrario que es agregar la D al principio de algunas palabras: diba por iba, dentro por entró.

En la lengua vulgar la D final se pierde también: verdá por verdad, amitá por amistad, uté por usted.

En algunos casos se agrega al final de algunas palabras la sílaba DE: vide por vi (forma arcaica). El grupo DM y DV se vocaliza, es decir se convierte en I: aimití por admitir, aiveití por advertir, y con frecuencia ambos grupos se convierten en L o R, aimití y alvertí, este cambio no es sólo propio del lenguaje del Cibao, sino de todas las regiones del país.

La D antes de N, en muchos casos se pierde, como aonde, por adonde, onde por donde4.

Velares: la C seguida de O y de U es velar oclusiva: cama, cubo (con sonido de K). En posición inicial se conserva: casa, cuna.

La C final sólo se conserva en voces cultas, por consiguiente, se pierde en el lenguaje vulgar: Isa por Isaac.

La C seguida de E y de Y tiene sonido de S: sielo por cielo; sinta por cinta.

La C formando parte del grupo CT desaparece: dotoi por doctor; en el mismo grupo, la C a veces se vocaliza: faitura por factura; aituai por actuar.

En el grupo CC, también se vocaliza aisión por acción, y como le ocurre a la R en este caso también, según la región es sustituida por Y, o por R: aisión y arsión, por acción.

La J: la J inicial siempre se pronuncia: junta, jaula, jamás; pero en posición intermedia con mucha frecuencia sustituye a la H, así: jalai, por halar, bojío por bohío, jamaca por hamaca. En los pocos casos que existen en español de J final, en ellos ésta se pierde: reló por reloj.

La G: la G, que es consonante sorda en los sonidos ge, gi: Gengibre, gina, es sonora en las combinaciones ga, go, gue: Gavillero, gozo, guerra. La G intermedia permanece sin alteración: mago, ruego, final no existe.

La G seguida de N, generalmente pierde su sonido: inorante por ignorante; indino por indigno.

La L: consonante alveolar, en posición inicial permanece igual: ladera, lino, lima. En posición intermedia se convierte en 1: saito por salto, buito por bulto. Cuando es final, ocurre lo mismo, se convierte en : animai por animal, fiel por fiel.

La Z: esta consonante se sustituye por la S. En la palabra pez, la Z final se sustituye por J; peje.

CARACTERÍSTICAS REGIONALES

Si se toma en cuenta la forma de hablar de nuestro país, debemos admitir que se hace necesario dividirlo en varias regiones que tienen características particulares. Estas regiones son: La Región Norte o Cibao, la Región Suroeste, la Región Este, el Distrito

Nacional y Samaná.

Aún en estas regiones, es posible encontrar diferencias entre el lenguaje urbano y el rural. Ello se debe, en gran parte, a que nuestros campesinos, acostumbrados a los resultados de la frase "Por la boca muere el pez" durante los 31 años de dictadura trujillista, cuidan mucho lo que dicen. Consuelo Olivier Vda.

•Germán afirma: "Nuestros campesinos nunca dan una contestación precisa a una pregunta o a una proposición; sus contestaciones son vagas, imprecisas, dando rodeos, eludiendo responsabilidad. Así cuando dice jjum!; ¡bueno!; ¡voy a ver!, no sabemos si aprueban o desaprueban. Esto lo hacen mirando al suelo, dándole vueltas a su sombrero, sin mirarle la cara a su interlocutor. Frente al hombre del pueblo que tiene alguna cultura y que el campesino le llama "hombre de letra", es receloso, desconfiado".

La Región Norte, conocida con el nombre indígena de Cibao abarca el Valle de La Vega Real. En ella están comprendidas 14 de las 29 provincias del país, entre las que mencionaremos las provincias de Santiago, La Vega, Espaillat, Duarte, etc. Esta región tiene características propias en su habla. Es en ella donde se encuentra el mayor número de arcaísmos y a decir de Jiménez Sabater es donde se da con mayor arraigo la pérdida total de la aspirada, quizá relacionado con el hecho de haberse mantenido más aislada

por falta de comunicación y estar menos sujeta a la influencia fonética de los esclavos negros (existe el mayor porcentaje de población blanca).

La característica principal del habla de la región cibaeña, sobre todo notoria en las zonas rurales, es la sustitución de las consonantes R y L por I: persona por pesona, abui por abur, abombaise por abombarse, caibón por carbón, doloi por dolor, maivao por malvado, valoi por valor, etc.

A nivel de la clase media se ha operado un interés por evitar el uso de la I, en sustitución de las R y L, como una forma de diferenciarse de la clase baja, produciéndose una especie de omisión del sonido final de sílaba con un perceptible alargamiento de la vocal precedente: [mwé: to] por muerto, [ku: so] por curso, etc.

Esta particularidad probablemente constituye el rasgo más típico dentro del habla dominicana y permite establecer sin ninguna duda, no sólo que un hablante es dominicano, sino también ubicar su procedencia geográfica dentro del país.

También se observa en el Cibao el uso de expresiones redundantes coincidiento con la utilización del fósil ello como sujeto antepuesto a verbos "impersonales": Ello hay poca- naranja-; Ello estaba lloviznando un poco, etc. "No obstante, para este último fenómeno cabría pensarse también que ha influido junto a la hipótesis de la simple conservación de un arcaísmo la pronunciada tendencia a la personalización de todo verbo, manifiesta a todos los niveles sociales del país en expresiones de tipo: Habíamos cuatro presos; Hubieron muchos muertos en las calles, etc.".

La Región Suroeste se caracteriza por la neutralización de /!/ en /r/ (cambio de una /!/ por una / r/), así como por mantener el sonido [r], pero con una acentuación de la vibración y arrastre de la misma, convirtiéndola en rr: dur[r]ce, por dulce, cur[r]pable, por culpable.

La Región Este se caracteriza por la llamada Geminación o Duplicación, que consiste en que la/r/y la/l/ en posición final de sílaba, dentro de una palabra, se asimilan a la consonante que le sigue, resultando un sonido doble. Ej.: canne por carne, cueppo por cuerpo, puerta por puerta, puppero por pulpero, etc.

El Distrito Nacional se caracteriza por la neutralización-(cambio) de /r/ en /l/ en final de sílaba y de palabra. Ej.: polque por porque, cuelpo por cuerpo, enojal por enojar, palqueal por parquear, desbaratal por desbaratar, etc.

Samaná tiene la particularidad de que en ella se habla, además del español, el inglés y el criollo haitiano por el establecimiento y permanencia en su suelo de otros grupos étnicos. El inglés lo hablan los descendientes de emigrados de islas inglesas (cocoles) que procuran mantener su idioma y sus tradiciones en su descendencia. La característica distintiva del español en esa península es la simplificación de la rr en r. Ej. ariba por arriba, etc.

FENÓMENOS LINGÜÍSTICOS: METAPLASMOS".

APÓCOPE. Este metaplasmo que consiste en la supresión de una o más letras al final de un vocablo, es muy frecuente en toda nuestra población, pero muy usado en el Cibao; así: ciudá por ciudad; usté por usted; verda por verdad. Así como la supresión de la S final, también de uso general: má por más; arró por arroz; Lui por Luis.

PRÓTESIS. Consiste en colocar al principio de una palabra una o más letras: asigún por según; afusilai por fusilar.

EPÉNTESIS. Consiste en intercalar una letra en medio de un vocablo: lambei por lamer; haberá por habrá; biságara por bisagra. De origen culto tenemos Atalántico por Atlántico.

AFÉRESIS. Consiste en la supresión de una o más letras al principio de la palabra: ora por ahora; onde por donde; taba por estaba; ta por está; Cola por Nicolás; Tanilao por Estanislao; Norabuena por enhorabuena.

SINCOPA. Ocurre cuando se suprimen una o más letras en medio de una palabra: navidá por natividad; Magalena y Madalena por Magdalena. El primero pierde la D y el segundo la G; anque por aunque; este vocablo sufre la pérdida de la U.

METATASIS. Consiste en alterar el orden de las letras de una palabra: probé por pobre; Grabiel por Gabriel; ajóla por ojalá; naide por nadie.

DISIMILACIÓN. Ocurre al alterar un sonido para diferenciarlo de otro igual o semejante, cuando influye sobre aquel: debino por divino; molenillo por molinillo;

medecina por medicina. El cambio de I por E se produce por la concurrencia de las Íes en sílabas consecutivas.

CONTRACCIONES. Se verifica cuando se hace una sola palabra de dos, de las cuales la primera acaba y la segunda empieza en la vocal, suprimiendo una de estas vocales. En ocasiones se suprimen más de una letra: Voy a, vuá; cómo es, comué; de este, déte; de ahí, diai, etc.

DIMINUTIVOS. La costumbre de usar diminutivos está arraigada en la región del Cibao. Es parte de la afabilidad hospitalaria de las gentes, es una forma de ser agradables y corteses. Así cuando nos hacen esperar nos dicen epéree un ratico, aunque la espera sea larga; si nos obsequian un dulce nos ofrecen un dulcito; cuando llovizna dicen: tá jariniandito; cuando nos indican una dirección siempre es cerquita, aunque sea distante. Cafesito, adiosito, partico, son otros diminutivos de uso frecuente.

DISLOCACIÓN DE ACENTO. Es una característica de nuestro lenguaje popular en todas las regiones del país. La voz mama es una de las más corrientes, particularmente cuando la usan para insultar a alguien.

También sufren dislocación de acento la voz cáida por caída; traída por traída; mái por maíz.

REGRESIÓN. Ocurre al decir leva por levita, Margara por Margarita.

EL VERBO. El uso de algunas inflexiones verbales ofrece interesantes cambios en el habla popular. Estos cambios los encontramos: en la supresión de letras en la tercera persona del plural del presente de indicativo. Ej.: Cogien por cogie(ro)n: Vivien por vivie  (ro)n. En la forma compuesta del pretérito perfecto de subjuntivo del verbo Haber se dice Haiga por Haya.

En el pretérito imperfecto de algunos verbos se da un especie de rodeo en lugar de usar el tiempo correcto, así se dice: Yo iba a venir, en lugar de decir Yo venía.

Igual se dice Quería ir en lugar de decir Iría.

En cuanto al futuro podemos observar que su uso se está perdiendo. Así es general el empleo de la forma: Voy a mandar a buscarla, en lugar de Mandaré a buscarla; Voy a ir, en lugar de decir Iré, etc.

El pronombre de segunda persona (Vosotros) ha desaparecido; se conserva la segunda persona del singular Tú. También se usa en lugar deTú, Usted y en lugar de Vosotros, Ustedes.

Dominicanismos

A continuación transcribimos un listado de palabras y expresiones dialectales y sociolectales recopiladas por el lingüista dominicano Odalis G. Pérez, quien muy gentilmente nos lo cedió.

Haciendo cocote: Darle mente a algo, pensar mucho en alguna cosa.

Me cayó como un bió: No me gustó esa noticia, es una mala noticia.

Mortal pá lo tiburone: Cuando una muchacha está muy bonita.

En bola de humo: rápido.

A millón tré: rápido.

Vamo a daño ata que no de grajo: si sigues, nos pelearemos.

Te doy hasta con el cubo del agua: te voy a dar duro.
Te voy a dar y no consejos: te voy a golpear.
No me cabe ni un mandao: estoy llena.
Ta pasao: eso no se hace, tú hiciste algo mal.
No le dé mente: no pienses en eso.
Cógelo con suavena: cógelo suave.
Estoy harto hasta la tambora: estoy full, estoy lleno.
Se volvió buchipluma: habló mucho y no hizo nada.
Mi pana: mi amigo, mi compinche.
Ey loco: hola amigo.
Eso a mi me resbala: eso no me importa.
Tú me sales hasta en la sopa: estoy cansado de verte.
Me diste en el pleito: heriste mis sentimientos.
Marino: idiota.
Y e fácil: no estoy de acuerdo con eso.
Tájebi: eso está bien.

Tá full: eso está estupendo.
Verdugo: barbaraso.
Pero va a seguir: deja de decir estupideces.
Tá cul: eso está chulo, bien.
Gulklao: Pegao, una persona que quiere imitar todo, mono.
Lambón: Guillao.
Tá quillao: está bravo, enojado.
Fuego a la lata: manos a la obra, vamos a empezar.
Qué vaina: qué problema.
Qué fiebre: qué vicio.
Como libro: una persona que le gusta mucho estudiar.
Ñame: un idiota.
Bonche: unafiesta.
Tá F.M.: está falta de hombre o de mujer.
Qué charly: qué estúpido.
Tá prendió: está borracho, ahumao.
Qué suape: está borracho, ahumao.
Qué bomper: ¡qué glúteos!
Tá caché: está bien.
Se armó: hubo una riña.
Qué pina: se pelearon.
Qué golpón: qué trompón.

Sacando pie: deshacerte de alguien, tratando de alejarlo de tí.
Tiene más raya que un tigre: es muy flaco.
Aplicando tigueraje: actuando como un callejero.
Qué tijera: cuando una amiga le quita el novio a su compinche.
Tá chipi: no sirve mucho.
Tá parao: está en buena, tiene muchas relaciones con personas importantes.
Tá por la maseta: está muy bonito o bonita.
Se la ganó: dijo una estupidez.
Haciendo yuca: esperando mucho tiempo.
Qué bultero: qué aspavientoso.
La cometió: hizo una burreza, una idiotez.
Metió la pata: dijo o hizo lo que no debía; lo dañó todo.
No coje corte: no le hago caso.
Tájuquiao: está drogado.
Que olla: no tengo dinero.
Cójelo variado: cójelo con calma.

No me monte velocidad: cójelo con calma.
Qué ferré: qué maquillaje.
Qué papaso: cuando uno va al salón y se arregla el pelo.
Tú tá totao: eres anticuado.
Tá caliente conmigo: está brava conmigo.
Grillero: muchas mujeres feas.
Montando caliente: relajando con cosas delicadas
Cutáfara: mujer fea.

Me salió con un de afra palante: hizo algo inesperado.
Montando caliente cotorra: molestando.
Por abajo del ala: un trompón por las costillas.
Entregao a la maldá: haciendo todo lo malo.
Dándole al codo: tacaño.
Esto va pa largo: este problema es grande.
Me déjate en llanta: me quedé esperándote y no viniste.
Me dieron bola negra: no me brindaron nada.
Vamos hacer una avería: vamos a hacer un desorden.
Dame dato: cuéntame.
¿Cuál es la movida?: ¿Qué salida hay hoy?
Me bufeo el maso: que me gustó mucho.
Suave que es el bolero: hazlo con calma, desacelérate.
El que no grita no mama: el que no habla, no progresa.

El que tenga la lágrima honda, que empiece a llorar temprano: va a pasar algo malo.
¡Qué cromo de mujer!: qué mujer más bella.
Vamonos como los valientes: vamos a hacer algo arriesgado.
Esas son brisas que no tumban palos: eso sólo son rumores.
Priva en cocacola y no llega ni a'mabí: cree que es la mejor.
Se cree la última cocacola del desierto: cree que es la mejor.
Ta cojío: tiene un gran problema y no encuentra salida.
Qué bufeo: está graciosa o interesante.
Tá cañón: está bien.

Tú crees que yo soy indio: yo no soy idiota, tú no me engañas.
Tá chivo: eso está raro.
Baros, canoa: dinero.
Pásate con fichas: te equivocaste.
Frío como un tanque de hielo: no tienes problemas, estás en buenas.
Un carrito: plato que consta de plátanos y salami.
Barato me lo jallo: eso está bien.
Vamos a lo que vinimos: vamos a empezar.
Chercha: relajo.
Biónico: carro público.
Cogiendo brisa: descansando.
Charro merenguero: qué estúpido.

Qué joder y no amanece: las cosas no me salen bien.
O no vamo to o voltiamo la yola: vamos a hacerlo todos juntos.
Sigue tu camino: no me molestes, atiende a lo tuyo.
No le pare al indio que lo que mata es la flecha: no te molestes por cosas insignificantes.
Un lambí: hay una comilona, hay comida.
Un serrucho: cada uno aporta algo para juntos hacer ciertas cosas.

Con traje: fiesta en la cual cada persona trae algo (bizcocho, refrescos, etc.).
Los paracaídas: las personas que van a la fiesta sin invitación.
Se te subieron los muñequitos: hiciste una idiotez.
Rubia de farmacia: rubia teñida.
Cundango: homosexual.
Tá dao: está cansado, agotado.
Tá negao: no quiere hacer nada)
Coge un buche: cállate la boca.
Eso no tá: eso no me agrada.
Tú tá agarrao: no tienes salida, tienes un gran problema.
Me lo saqué de un chuflay: se me pegó de cierta persona.
Deja el coro dañino: deja ese relajo.
No le pare: no !e hagas caso.
Limítate a respirar: cállate la boca.
Y eta tipa, y eta jeva: tá pasao.
Qué apero: qué chulo, qué interesante.
Fría: cerveza.

Limpia saco, tumba polvo: es lo mismo que lambón.
Venao: persona cuyo cónyuge o novia le es infiel.
Mamola: idiota.
Dándose violín: arrascarse entre los dedos de los pies.
Aterriza: vuelve a la realidad, estás en la luna.
Tá chochando: estás fallando, estás lenta.
Resolving: cuando dos parejas de novios se besan.
Dame un toque: llámame por teléfono.
Encendió: alegre, borracho.
No lo paso: no lo soporto.
Qué rata: qué feo y sucio.
Yo no soy ñeca: si tú me das, yo también te doy.

Frases, expresiones y palabras tradicionales (algunas):
Anda como chichigua: expresión utilizada cuando alguien tiene prisa.
Tú parece una chacharita: expresión que indica que alguien habla rápido.
Tiene el cura preso: se usa cuando una mujertiene la ropa interior mal puesta.
Bucanovio: mechón de pelo ondulado acomodado en la frente.
Blumen: ropa interior femenina.
Tá pisando araña: cuando alguien le quedan los pantalones cortos.
Brinca o salta charco: cuando alguien le quedan los pantalones cortos.
Qué pancho te tiraste: utilizada si alguien tenía un vestido prestado.
Tú tá como Juana Barajita: si alguien tiene muchas prendas.
Flú: un traje.

Marchita, precundía o trascendía: joven extrovertida
Ahí mataron un policía: cuando alguien cenaba arenque.
Tiene la semana má larga quel me: cuando alguien tiene el zipper abierto.
Le dio un yeyo: significa un mareo o desmayo.

FRASES Y EXPRESIONES ACTUALES

Tá cool, tá gevi, tá ful, tá apero: cuando algo gusta mucho.
Y yo: significa tú también.
Marina: expresión utilizada cuando alguien dice una tontada.
Saludos: y qué/ qué lo queay/ qué lo qué/ dime loco/dime viejo. '
Apodo a las muchachas feas: grillo, macata, cocote, gurgusia, galpántara, cutáfara, cucaracha, furufa.
Apodos de las muchachas bonitas: qué mujerón, qué mamasota, qué cromo de mujer.
Qué charly, qué chopo: alguien o algo descuidado, desagradable.
Me rajé, me paití, me quemé: expresión utilizada por los estudiantes cuando les va mal en una prueba.

Bacano: significa un muchacho que usa una moda extraña.
Ñame, batata, conuco, vívere, jalo e vivero: expresiones utilizadas para expresar bruteza.
Expresiones utilizadas para denominar el dinero: tululuses, jáquimnas, canoas, lágrimas, toletes, tulipanes, duarte, moneda, papeleta, cualto, aldabas.
Suéltame: cuando una persona desea que lo dejen de relajar.
Dame un breic: cuando se desea un descanso.
Bobolongo, momolongo: persona estúpida.
Montar, dar muela, marcharle: enamorar a una chica.
Resolver, están en chuleta: cuando dos novios están juntos.

Rebotar: expresión utilizada cuando alguien dice algo desagradable.
Chochando: alguien está perdido.
Qué prendi, qué jumo, qué suape: expresiones utilizadas cuando alguien está embriagado.
Dar lata: llamar a alguien para molestarlo.
Suave conmigo, suave qu'e bolero: expresión utilizada cuando una persona tiene mucha presión.

Sicotú: expresión utilizada para alguien que tiene mal olor en los pies.
Qué grajo, qué machete, ta'picao, ta 'coltao: cuando a alguien le hieden las axilas.
Gediondo, puelco, cochino: expresiones para una persona grosera.
Fúchila, guácatela: utilizadas para algo de mal gusto.
Deguañangao, debaratao: algo en mal estado.
Carabelita, cuki, cukika, chipi: expresiones utilizadas para algo de mala calidad.
Frutafina, naripará, plática: expresiones para personas altaneras.

Dale mente: preocuparse por algo.
En tu mente: cuando se está de acuerdo con algo que dicen.
Hace yuya, hace plancha: expresión utilizada cuando una persona tiene una cita y su invitado no va.
Aguanta gorro, mejicano: cuando una persona está con una pareja de novios.
Pendenciero, brechero: alguien que está pendiente del otro.
Comeboca, metiche: cuando alguien se integra a una conversación ajena.
Qué parábola/ tiene la parábola encendía: cuando alguien quiere escuchar las conversaciones de otro(s).

Alebrecá (o), chivirica (o): expresión utilizada para una persona muy hiperactiva.
Y é fácil: cuando se está en desacuerdo con algo.
Vamo'hacé una movía: expresión utilizada para los muchachos demasiados simpáticos.
No cojo colte: no me importa.
Sin coro: sin relajo.
Uepa: expresión exclamativa de gozo.
Viejevo: persona mayor a la moda.
Loco, viejo, mano: expresiones utilizadas para indicar compañerismo.
Tecato, bregador, jodedoT, bugabuga: expresiones utilizadas para las personas que usan droga.

You, paqueró: persona que gusta de música rap.
Ta' salicílico, qué ácido, qué pesao, tá limón, tá agrio: expresiones utilizadas para indicar algo innovador, fuera de serie.
A nivel: cuando algo está a la moda del día.
Campeche: expresión utilizada para una persona que no está al día.
¿Whas ap?: saludo.
Brein, comelibro, cerebrito: una persona inteligente. !
Palomo, chocachoca, cundango, pájaro, lalo: expresiones utilizadas para los hombres afeminados.

Chiripa, borona: significa un poco de dinero.
Diañe, diantre, miélcole: expresiones de sorpresa.
Qué lento, pariguayo: un muchacho muy introvertido.
Degreñao, qué pajón: expresión que se usa cuando alguien está despeinado.
Moco: indica la mucosidad producida por la gripe.
Qué chicho: indica la grasa sobrante de una persona obesa.
Qué boyaya, qué pansa: indica la barriga pronunciada de alguien.
Qué keka: expresión que indica que alguien tiene las piernas flacas.

Expresiones del transporte público: banderita, voladora, motoconcho, biónico.
Qué bombillo, qué volcán: expresión utilizada cuando una persona tiene problemas de acné.
Qué jacha: indica los dientes grandes de alguien.
Dame letra, bota, canta: expresión utilizada cuando una persona se niega a hacer algo.
No ombe: expresión de desacuerdo.

Pana ful, pana de lontain: mejor amigo (a).
Nítido: algo que nos cae perfecto.
Caliente conmigo: expresión utilizada para indicar descontento.
Frío (a) con la compañía: indica la buena relación entre dos personas.
Qué fundaso, qué golpón, qué piñaso, qué trompa: un golpe.
Qué papaso: expresión que se usa cuando una muchacha va al salón.
Qué suin, qué filin: expresión para indicar elegancia.

Paracaída, chivo: alguien que va a una fiesta sin estar invitado.
En balde: algo que no trae beneficios.
Chamaca, muchachona: un (a) joven.
Qué fiebrú: cuando a alguien le gusta demasiado algo.
En trankin mi elmano: expresión que indica quietud.
Ta'dao: indica que una persona está cansada.
Limpiasaco, tumbapolvo: expresa que alguien quiere ganarse la simpatía del otro.
Lambón, guillao: alguien que plagia o quiere otra cosa.
Tá juquiao: alguien que está bajo las influencias de las drogas.

Ta' directo, se vació: indica que alguien tiene problemas intestinales.
Qué ñus: alguien tonto.
Bofe, maco, tilapia: alguien feo.
Me toy miando: me estoy orinando.
Un chin, un repechito: se utiliza para expresar poca cantidad.
Se fue mejía: se fue la luz.
Serrucha el palo: cuando un muchacho le quita la novia a otro.
Sabiondo: una persona que sabe mucho.


CONCLUSIÓN

El idioma español se extiende hoy por todo el planeta; es la segunda lengua más importante del mundo y la tercera más hablada, con 400 millones de hablantes nativos.

El castellano, tal como hoy lo conocemos es fruto de un proceso de decantación de más de un milenio, a lo largo del cual las diversas lenguas de los habitantes de la Península Ibérica se fueron modificando por influencia de los invasores romanos, godos y árabes. Hacia el final del siglo XV, con la unión de los reinos de Castilla y Aragón, que extendieron su dominio sobre la mayor parte de la península, la lengua de Castilla -el castellano- se fue imponiendo sobre otros idiomas y dialectos y cruzó el Atlántico a lomos de los descubridores, conquistadores y misioneros.



FUENTES

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Pérez, Odalis G. LENGUA Y SOCIEDAD EN SANTO DOMINGO. EXPRESIONES DIALECTALES, HABLAR URABANOY SOCIOLECTO. Calasanz No. 48: 7, Dic. 1997.

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http://es.noticias.yahoo.com/9/20091227/ten-estudio-del-ilcyl-confirma-a-los-car-bbad18b.html%7C Estudio del ILCYL confirma a los Cartularios de Valpuesta como el español más antiguo.

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